Funavidad.

116 5 4
                                    

Las semanas pasaron y a tan solo un par de días de nochebuena yo seguía con mi cuerpo obligándome a caminar en cuatro patas y mis instintos a flote repetidas ocasiones, incluso durante algunas noches aullando a la luna y obligandome a callar, ya que Josh se quejo algunas veces de que no lo dejaba dormir.

-¡Ya sé! ¡Lo siento! ¡Incluso yo me estoy quedando sin voz pero no puedo evitarlo!- respondí con la voz rasposa.

Pero esos días terminaron finalmente, ya que un miércoles finalmente pude ir a vacunarme, el Señor Baldwin y Grace me llevaron a ser estudiada a un laboratorio local que me estudió, y que de hecho aumentó mi fama pero no como quisiera, dicho laboratorio tras un diagnóstico anunció que algunos furrys no se volvían salvajes con la Noche azul en sus venas, pero era necesario que tuvieran una característica especial en su personalidad inconsciente... que estén entrenados.

Sip... como un animal común, por lo que no tardaron en abrir aquellos sitios de adiestramiento canino un sector especial para furrys, para entrenar a los que no tuvieran esta característica (sin excepciones por especie) y para confirmar a los que ya estaban entrenados, que por suerte no fui la única que pensó en eso.

Aquí entraron más documentos y papeleo fastidioso, porque básicamente me dieron un comprobante que entraba en la misma categoría que una CURP o un acta de nacimiento, la cual debía guardar bien y en caso de perderla la reposición estaría algo costosa al ser un nuevo artículo añadido.

Volviendo a lo anterior, finalmente fui a vacunarme, pero aunque varios furries estaban entrenados desde que su fursona era un dibujo en papel yo fui la única que llegó a cuatro patas y con una correa, este último accesorio a petición de los médicos que pondrían la vacuna.

Los que se habían vuelto salvajes volvieron a la normalidad, pero estos no fueron vacunados el mismo día que yo ni en el mismo lugar, a éstos se les dio una versión que al igual que el narcótico que les dieron en primer lugar, venía en un dardo con la dosis, se les hizo un cuestionario para saber que estaban bien y fueron enviados a casa con una "Orden de adiestramiento" cosa que en la vida jamás creí escuchar.

La vacuna surtió efecto casi de inmediato, ya que mis músculos de las extremidades se durmieron por casi un minuto, el cual me mantuve sentada en una silla, y cuando volví a sentirlos ya podía pararme de pie como normalmente.

-¡Al fin!- exclamé abrazándome a mí misma.

Josh alzó el pulgar junto con Marjorie y Ggrace hacia mí, a lo que yo sonreí alegre y procedí a abrazarlos a ellos.

Sin embargo la alegría no duró mucho, pues los anti furries lo volverían a intentar una tercera vez, aún con la cura presente y todo, aún había una larga fila de gente esperando ser vacunada, pero era una gran cantidad de gente reunida era un blanco facil que no podrían controlar los médicos.

Una vez vacunada iba saliendo con mi familia adoptiva cuando un aroma y el sonido de varios autos acelerando a lo lejos llamaron mi atención, levantando la mirada por encima de la gente que estaba a nuestro alrededor.

-¿Moon? ¿Pasa algo?- preguntó Grace.

-Algo no está bien...- dije erizando el pelaje de mi cuello cuando sentí mi celular vibrar, sacándolo para ver qué ocurría, porque yo lo había dejado en silencio, notando otro mensaje de esa hacker.

Están en peligro, ellos ya vienen...

Eso sonó como una película de terror, tomando a Grace y a los niños de los hombros.

-Quiero que corran a la camioneta y se vayan a casa lo más rápido posible- les ordené en tono serio.

-¡¿Qué ocurre?!-

Ms. Lullaby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora