Estoy de vuelta.

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Me quedé dormida durante el viaje, despertando de golpe al sentir como el avión descendía, mirando por la ventana las luces de las calles, sabía cómo volver a mi casa sola desde el aeropuerto, aún siendo de noche, pero no me sorprendió que mis papás y mi hermano estuvieran esperándome en la salida, aún siendo casi las 2 de la madrugada.

Los recibí con un abrazo, había olvidado por completo que ahora yo era mucho más alta que ellos, mi hermano, aún con las ganas de esperarme se había quedado dormido, entonces yo me ofrecí a cargarlo y llevarlo a casa.

Antes de que todo esto ocurriera, durante lo que fueron meses de estar encerrados en casa, la situación económica de casa había sido medianamente baja, quiero decir, teníamos comida, agua, luz, un techo y esas cosas, no vivíamos en la miseria, pero a diferencia de mucha gente con la que yo me juntaba yo no tenía coche, una gran computadora o consola de videojuegos, incluso mi tableta gráfica la había comprado yo con dinero de una beca, y había sido el mayor lujo que me había dado, mi xbox era un 360 que tenía conmigo desde los 7, 8 años más o menos, cosa que mis padres no me compraron, sino más bien un regalo de mi abuela materna, así que en sí... teníamos suficiente, pero mientras que para algunos era una salida casual y aburrida ir al cine una vez por mes yo iba con mi familia una vez por año y era un gran lujo.

En fin, en pocas palabras, vivíamos bien, pero limitados a gustos medianamente lujosos, eso había cambiado en el tiempo que me fui, mi papá me llevó hasta una camioneta roja bastante bonita, se veía que era nueva, y como él odiaba paga las cosas a crédito era claro que era su nuevo bebé, la casa de la que me fui seguía siendo la misma, más o menos, aquella entrada que era una reja de tan solo un metro se había vuelto un portón negro y brilloso, en vez de dos pisos ahora eran tres, el suelo desnivelado por la forma en que habían pegado los mosaicos se había vuelto un conjunto de tablas de madera oscura y elegante, sillones de tela roja con madera brillante, así como el comedor y los muebles, con madera barnizada y oscura, paredes blancas, una fragancia ambiental a lavanda, etc.

-Vaya que ha habido cambios en mi ausencia- dije mirando las paredes y notando que los cuadros, que antes eran pinturas sostenidas a las paredes por clavos y una pinza ahora estaban perfectamente enmarcados.

De cierta forma hacía parecer que mis padres pudieron escalar más fácil la estabilidad económica por mi ausencia, pero por el lado más positivo me alegraba que ellos estuvieran bien, ya que, con mis vivencias yo también lo había estado.

-¿Cómo estás Alex?- preguntó mi papá dejando las maletas a lado del sillón, sentándose a lado mío.

-Hacía tiempo que no me llamaban así, pero... estoy muy bien, me alegra verlos de nuevo- dije no estando tan segura de si debía abrazarlo o no, -Yo supongo que están igual de bien- afirmé.

Comenzamos a hablar de cómo les fue primero a ellos luego de mi ausencia, todo el dinero que obtuvieron de vender mi vieja ropa lo metieron a invertir, con mi ausencia mi mamá se tuvo que encargar de la casa por completo, ya que yo antes la ayudaba, hasta apenas iniciando el año que se dignó finalmente a enseñarle a mi hermano a hacer algunos deberes hogareños, y con ello comenzó a valorar el mantener limpia la casa.

Ya con más tiempo mi mamá se juntó con una amiga para encargarse de la contabilidad de unas cosas que según ella, le permitió invertir también, con parte del dinero que recibió papá del trabajo pudo meterle construcción a la casa y reparar el coche, todo sonaba genial, pero comencé a extrañar rápidamente mis cosas de dibujo, el estudio de grabación en casa de Grace y a mis amigos de allá... extrañaba mi rutina.

-¿Y a ti como te fue?- preguntó mi mamá, dejándome congelada.

-Tu papá estuvo muy atento a las noticias, así que queremos preguntarte algunas cosas- dijo mi mamá.

Ms. Lullaby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora