Despedida y viaje.

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Luego de un agobiante tiempo en el transporte donde muchos hombres, mujeres y... personas con pechos pero también con bultos ahí debajo... me comían con los ojos, pude llegar a la casa de la primera persona a la que quería visitar: Miharu.

-Bien... después de ver a Miharu le pido la dirección para llegar a casa de Helena, luego Ritsu, luego Lirian y...- la puerta se abrió y fue mi sorpresa ver que todos los furrys con los que llegué a conversar por el grupo de mi celular despidiéndose.

-Moon... no respondiste el mensaje, creímos que no vendrías...- dijo Miharu abrazándome, abrazo al cual no correspondí por la distracción de... ¿Me llamó Moon? aún no me acostumbro...

-Ehhh... ¿Qué mensaje? yo vine con la intención de despedirme de casa en casa pero... hmmm... bueno, creo entonces que tengo suerte...-

Digamos que por no haber confirmado mi llegada no me tocó rebanada de pizza pero eso era lo de menos, pude conversar con Miharu, a quien no la trasladarían muy lejos, Helena básicamente podía vivir donde quisiera, por lo que podía mudarse si quisiera, lo que me hizo darme cuenta de que no todos tendrían que mudarse, diablos... mi fursona tenía que ser tan esponjosa... bueno... igual siendo humano odiaba la temporada de calor.

También tuve la oportunidad de ver a aquellas personas transformadas a las que no había visto antes, debo admitir que muchos se veían muy bien, y mejor aún, algunos se adaptaron a sus aptitudes de su especie tan bien que hacían que se viera tan natural, a lo que yo pedí consejos.

"No te puedes bañar todos los días o se te caerá el pelaje, aún así, cepíllate todos los días"

"Ahora posees las aptitudes de tu especie pero también sus debilidades, entonces no te automediques, podría no ser una gripe cualquiera"

"Si posees instintos básicos será mejor que busques a un entrenador para... ya sabes..."

-César Millán- Exclame en broma creyendo que sus consejos lo eran... no lo eran... sus consejos básicamente hacían referencia al lado animal de mi persona, aunque la verdad no sabía qué tipos de consejos esperar o que tipo de consejos buscaba, imaginé que tenía sentido.

La tarde se llenó de abrazos y algunas caricias en la cabeza antes de retirarme, pero hacían falta personas en esa reunión, ¿Dónde estaban Wasy y su novio? me había hablado con ese gato un par de veces antes del Fur-Z pero no sabía si era de los que cambió... entonces, ¿recuerdan algunos efectos secundarios del virus? hyper... los que su cuerpo se hinchó a proporciones antinaturales y que según aquel gato femboy ya no podrían tener... ejem... delicioso, los que cambiaron de género como fue mi caso... y los que envejecieron o rejuvenecieron... que pues por supuesto son los que se volvieron más jóvenes o más viejos, pues... Esa tarde noche que fui a casa de Zhorzhe (el nombre del novio de Wasy) quien abrió la puerta fue una versión de 3 años de Wasy.

-¿Wofy?- preguntó con esa forma en la que pronuncian palabras los bebés.

-¡¿W-Wasy?!- pregunté impactada al tener que bajar tanto la mirada.

Wasy era parte de esas personas ABDL, jamás lo juzgué por eso, y la verdad era una persona agradable, pero el cambio que sufrió fue algo excesivo a mi parecer, básicamente había frente a mi un bebé con la mentalidad de un joven adulto, y con primaria, secundaria, preparatoria cursada... un bebé en la universidad, ahora sí lo había visto todo. Su novio en cambio tenía 20 años, lo que volvía su relación bastante bizarra, entonces me despedí de ellos, les deseé suerte y me fui a casa.

Al día siguiente fui a casa de Richi, le di otro zape y lo regañé con las orejas bajas y una mirada... fulminante.

-¿Con que el próximo año eh?-

Ms. Lullaby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora