Los Were-Furries.

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-¿Cómo que el Fur-Z está mutando?- pregunté confundida mientras limpiaba las mesas del segundo piso del restaurante para cerrar.

-Es cierto, hoy ya existen furries con poderes de zoomorfismo más peculiares que lo que fueron en un inicio- aseguró José, el encargado del segundo piso del negocio.

De cierta forma me hizo recordar que mi novio podía cambiar de forma por un tiempo ilimitado entre un lince, un sergal, un avali y un Wickerbeast, si bien el Fur-Z nos transformó en animales antropomórficos nos alejó de nuestro aspecto humano por completo, y de todas formas había afectados que podían seguir transformándose en otras especies o tomando formas diferentes.

Yo podía desplegar mis alas, Polarys cambiar de forma en un número límite de especies, Gilly podía convertir a la gente en animales a su voluntad... pero José me mostró algunos videos, de gente que eran algún tipo de hombre lobo, hombres hiena, hombres oso... los apodé "Were-animal" por la forma de llamar a los licántropos en inglés: "Werewolf".

-Hacía unos meses éstos furries con la habilidad de mutar en bestias fuertes y enormes sólo lo hacían con la luna llena, hace unas semanas comenzaron a poder transformarse cada que se sentían enojados... y a principios de esta semana... estudios demostraron que ahora sus mordidas pueden darles esta maldición a otros furries... y humanos- aseguró José.

-¿Sí? ¿Y ha habido gente muerta por estos were-animales?-

-Nop, todos los incidentes fueron accidentes o lograron pararlos a tiempo, pero ya hay humanos que se pueden convertir en bestias grandes-

-¿Y tú has visto alguno?-

-¿Creo que la verdadera pregunta debería ser... ¿habrá were-furries aquí?-

En ese momento cinco furries, todos felinos pequeños pero engreídos subieron las escaleras y escogieron una mesa para sentarse y esperar servicio.

-Demonios, olvidamos informarles en el piso de abajo que ya no hay servicio aquí- dije.

-No te preocupes, iré a avisarles, pero tendremos que atender esta mesa para poder empezar a recoger- dijo José, dejándome sola con la mesa por unos minutos... unos eternos minutos.

Me acerqué entonces a llevarles el menú, cosa rutinaria para mí, ya que era lo de siempre para atender a un cliente; "Buenas tardes/noches, bienvenidos, les entregó el menú, estoy a su disposición"... Esa última parte debí haberla omitido con esos felinos, los cuales eran adultos, pero aún así pequeños, el más alto teniendo la estatura de Polarys, pero nada que ver con lo dulce de mi novio.

-Oh, ¿De verdad estás a disposición de nosotros?- preguntó uno haciendo que los demás rieran.

-¿Ya saben que van a ordenar?- pregunté evadiendo su comentario.

-¿Estás en el menú?- preguntó otro, recibiendo golpes juguetones en el hombro por parte de sus amigos, lo que ya me estaba fastidiando.

-Les daré tiempo en lo que deciden- dije para retirarme cuando uno de ellos me sujetó del brazo... y a poco estuve de lanzarlo por la ventana como al ladrón de la vez anterior.

-No, ya elegimos- dijo.

Encargaron unas hamburguesas y algunos refrescos, por lo que me dirigí a la planta baja para llevar la orden a plancha y recoger las bebidas, cruzándome con José en el camino para decirle lo que habían pedido.

-Vale, yo les llevaré las salsas a su mesa- dijo ofreciéndose a atender la mesa también, no tenía otra cosa que hacer de igual manera, ya que era nuestra única clientela.

No tardé ni cinco minutos en planta baja cuando mis orejas se alzaron al escuchar perfectamente a uno de los gatos en el segundo piso decir "Hazme un favor mesero, no nos atiendas, deja que nos atienda la chica" en un todo de desprecio, aún cuando no usaron palabras insultantes en su oración, a lo que gruñí un poco.

Ms. Lullaby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora