Nuevo trabajo (¡¿Cómo?! ¿Otra vez?).

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La semana estaba cerca de terminar, y de verdad deseaba que los movimientos políticos de Estados Unidos se arreglaran para cuando terminara el domingo, sin embargo, para cuando vi que eran las 2 de la madrugada del lunes perdí las esperanzas.

-Diablos, ¿qué voy a hacer ahora? no puedo volver así como así a la escuela, mi colegio también se quedó allá... hmmmm... tendré que buscar un empleo... otra vez- hablaba conmigo misma en medio de mi insomnio.

Esa era otra cosa que había surgido tras mi transformación, ya no podía estar reposando tanto tiempo, un día de descanso me resultaba bien, dos incluso, pero ya una semana completa me frustraba ver mi cartera vaciarse o mis hobbies volverse monótonos, por suerte aún recordaba gran parte de mi ciudad natal y mi memoria me indicaba un lugar perfecto donde trabajar.

Había un restaurante a pocos kilómetros de mi casa, a media hora caminando más o menos (O 10 minutos volando), y siempre requerían personal, no sabía si se pondrían especiales con la higiene de alimentos tomando en cuenta mi pelaje y la comida pero si tenía suerte tendría trabajo al menos durante un tiempo.

Sin embargo, no fue mi única opción de empleo, ya que cerca de ahí había un cine, sin embargo el cine era un empleo más discutido que el de un mesero, por lo que me batearon apenas me aparecí.

-está bien, aún tengo el respaldo del otro negocio- me dije animándome a seguir en mi búsqueda... retractándome casi al mismo tiempo que llegué a la entrada:

Justo en la entrada se encontraba la plancha donde cocinaban la comida en el lado izquierdo, y del lado derecho el pasillo para entrar, y en medio de esto dos una columna que tenía aquel anuncio de vacantes para mesero y repartidor, yo había rellenado tres solicitudes de empleo, de la cual una dejé en el cine, sin embargo cuando estaba por sacar mi solicitud un sujeto estaba gritando e insultando a uno de los repartidores, regañandolo aparentemente de su descuido con la motocicleta.

Cuando conoces un negocio al cual nunca le duran los empleados y que siempre tiene vacantes empiezas a sospechar que es un mal sitio ¿No?... pues... Esa idea no cruzó por mi cabeza hasta que ya estaba viendo la escena.

Fueron escasos segundos en los que noté ese acontecimiento, y fue suficiente para que en vez de detenerme a solicitar el empleo me pasara de largo, caminando algunas cuadras hasta una plaza, donde me senté en una mesa y ordené algo de comida china para que no me corrieran.

-Diablos, eso no me dejó un buen sabor de boca- pensé, -Vamos Moon, nadie dijo que ese sujeto era el jefe del negocio... aunque pareciera...- me dije a mí misma, y así estuve más de media hora, tratando de llenarme de valor, hasta que conseguí convencerme, pagando la comida y volviendo al negocio, encontrando que ahora estaba lleno, todos los empleados trabajando acelerados, y mientras tanto yo... no apartaba la vista de ese letrero de solicitud de empleo, hasta que una chica se me acercó:

-Bienvenido, ¿Gustas ordenar algo?- me preguntó en un tono amistoso.

-Eh... sí, de hecho vine por la vacante de mesero- dije mostrando mi solicitud.

La chica entonces asintió y desapareció de mi vista antes de que otro sujeto regresara, este era un hombre viejo, con una gorra y una delgada pero larga trenza, un delantal azul y una camisa color crema.

Imaginé que era el dueño, así que dirigiéndome con total respeto le dije la razón por la que buscaba empleo, en pocas palabras porque tenía mucho tiempo libre y no podría ir al colegio hasta que pudiera volver a Estados Unidos, el señor, de nombre Don Jorge no pareció reconocerme como la heroína de Michigan, lo que de cierta manera me alegró, no tuvo problema con mi pelaje, sólo me pidió que lo cepillara y aquella melena roja que tenía por cabello me la recogiera, y después me dijo las especificaciones, que en pocas palabras era una vestimenta libre, cómoda, una jornada de una de la tarde a once de la noche, con un día libre a la semana, una comida gratis todos los días que fuera a trabajar, descuentos en compras extra, con propinas diarias y una paga semanal de lo que vendrían siendo 60 dólares más propinas todos los domingos, por mí no hubo problema, y la forma tan cordial y amistosa con la que me atendió me hizo pensar que posiblemente siempre les faltaba gente por el horario... una persona que estudia en la mañana llegaría tarde al trabajo, y le dejaría muy poco tiempo para hacer alguna otra cosa.

Ms. Lullaby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora