Nuevo trabajo.

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Empezó a llover poco después de que llegué a la casa, me fui a dormir sin prendas sobre mi torso, para mi suerte el pelaje extenso en mi cuerpo me cubrió del frío... si hubiera llovido conmigo afuera me habría esponjado.

Cuando desperté a la mañana siguiente la lluvia ya no estaba... ni mis alas.

-Gracias- suspiré vistiéndome como antes, hoy tenía una misión nueva, entrar a trabajar.

Bajé a desayunar con Grace y los niños, y se sintió menos tenso el ambiente ya que Josh ya me trataba como una persona, habría sido tenso al 0% si Marjorie no siguiera viéndome con una sonrisa que penetraba mi alma.

-¿Cómo te fue ayer Moon?-

-Cansado... todo está bien pero cansado, me hicieron darme cuenta de que tengo otra obligación-

-¿Buscar trabajo?- preguntó Josh.

-Emm... nada que ver pero aparte... debo aprender a volar-

-Ah, esto es raro Moon, pero camino a mi trabajo había un edificio en venta, y ayer que me fui al trabajo lo vi finalmente ocupado, convertido en un negocio-

-Ajam- dije prestando atención, moviendo las orejas hacia ella en señal de que la escuchaba.

-Sabes que para tener permiso para conducir debes pasar un examen y obtener tu licencia... pues, hay un negocio para aprender a... volar-

-...¿Qué?-

-Y dudo que sea de aviación-

Grace comenzó a explicarme que su asistente (que era ahora un dragón de hielo) había entrado a que le enseñaran a volar en ese lugar, el curso constaba de siete sesiones de práctica, un examen teórico sobre los reglamentos de aviación (no volar cuando llueva, no llegar a la altura de los aviones, etc.) y finalmente un examen de práctica, no me imaginaba eso, y es que tampoco había girado a ver al cielo a alguien volando.

-Pues iré a ver... pero más tarde, hoy voy a ver el trabajo en el café-

-Mucha suerte Moon- dijo Grace.

-Gracias- terminé de desayunar agradeciendo por todo antes de salir y encaminarme a ese café junto al colegio.

Una vez llegué me mantuve viendo durante unos minutos la puerta, el ventanal y el nombre del café en la parte superior, el menú pintado en el ventanal con letras en blanco y desordenadas, y ya como un menú oficial escrito en la pared interior, que se veía perfectamente por el ventanal, las mesas acomodadas en forma de L y el espacio sobrante era la barra y detrás la cocina, aunque no estaba a la vista el que atendiera esa barra.

-Hmmm... me interesa- dije para mí antes de tomar un respiro y entrar sentándome en la barra, debajo de ésta un t-rex estaba acomodando vasos, al verme se levantó de inmediato, a pesar de su especie su cuerpo no era exageradamente musculoso como el caballo del autobús o el lobo del ring de boxeo, hasta cierto modo, no se veía tan alto, quizás quince centímetros más que yo.

-Buenos días, ¿que gustaría ordenar?- dijo con la formalidad de un bartender, y de hecho vestía como uno, el chaleco negro, la camisa y el moño... yo también quería vestir así.

-Ehhh... oh, yo, no vengo buscando comer-

-Soy gay niña- respondió casi de inmediato.

-Eh... okey... vengo buscando trabajo- dije tras una pausa al comprender por qué su respuesta... además, si tan solo supiera...

El T-rex entonces dejando de lado las formalidades me miró de pies a cabeza.

-No mentiré niña, será mejor que te vayas- dijo con lástima, pero me hizo sentir bateada.

Ms. Lullaby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora