God must hate me. [Wandanat]

5. Lorna.

Wanda.

Sherlock está recostado sobre mi cama. Su papeleo está bien, espero que se acostumbre al nuevo departamento, y a Natasha.

Espero que Natasha se acostumbre a Sherlock... Definitivamente necesito que se acostumbren el uno al otro.

Natasha odia a los animales, Sherlock es algo molesto, muy molesto. He pensado en acercar a Natasha a los animales, ya que tener un par en el departamento me dejaría más tranquila al momento de dejarla sola. Confío en ella, pero necesito saber que estará pendiente de algo que no le provoque ansiedad y termine por descompensarla.

—¿Serás un buen chico con Natasha, Sherlock?—Pregunté y mi gato se enroscó cual serpiente en la esquina de mi cama.

No sé como lograré que Natasha pueda conciliar el sueño con Sherlock por sus pies, además conociendo a mi novia probablemente quiera estar sobre mí y hacer... Cosas que las parejas hacen en la intimidad.

—Wanda. Papá dice que te pases por su despacho, que te ha dejado un par de tarjetas y dinero, también dice que si irás a la cena de hoy, celebraremos el ascenso de Peter.

Asentí lentamente.

—Ve y díselo. —Dijo saliendo de la habitación.

Suspiré. Lorna no es realmente agradable. Es todo lo contrario a agradable, preferiría que Yelena fuese mi hermana sinceramente, o que no existiera.

No es de malvada, es que sinceramente Lorna no me agrada. No pido perdón por eso, es molesta, y he conocido a gente igual, pero ella... No tiene límites.

Creo que ni siquiera en la escuela la soportan, y no es que yo quiera ser una mala hermana, entiendo que tiene sólo doce años, pero es una malcriada, mal agradecida y estoy a una palabra más de meterla a una caja y enviarla directamente a Alemania junto a Pietro.

Me levanté y observé mi móvil. Natasha no me ha escrito, eso es extraño, usualmente se despierta cerca de las doce del medio...Del día, doce del día. Natasha odia la palabra mediodía, dice que le recuerda que "ya no tiene tiempo", se estresa con facilidad. Seguramente me escribirá cerca de las dos de la tarde.

Salí de mi habitación  y bajé las escaleras, pude ver a mamá arreglando a Pietro quien acomodaba sus gafas.

—Estás precioso, seguramente encontrarás una linda chica pronto.—Acarició su mejilla.

—Mamá, no...—La detuvo y me observó.—Wanda, ¿puedo usar tu aceite para el cabello?—Preguntó y mamá le observó extrañada.

—Está en mi baño. ¿Papá?—Pregunté y mamá señaló el despacho.

—Wanda.—Me detuvo.—¿Irás a la cena, cariño?—Asentí.—Sin...—Giré los ojos. Odio que mencione a Natasha, entiendo que no sea de su total agrado, pero es mi decisión a quien amo.—Cariño, sólo quiero una velada tranquila, recuerda aquél año nuevo en que...

—Los fuegos artificiales le ponen nerviosa, es demasiada luz y ruido, esa vez se los pedí y el idiota de Peter los encendió solamente porque Lorna estaba llorando.—Me quejé y mamá me observó en silencio.

—No me alces la voz.

Suspiré.

Esto me pone tan a la defensiva, sé que mamá me ama, pero como en cualquier familia de tantas personas, entendernos es difícil.

—No lo hice, mamá. Quédate tranquila, mi novia está en su casa, no la llevaré, pero por favor... Basta de referirte a ella como si fuese un problema nombrarla, se llama Natasha, puedes decirle Natalia si gustas.