77. Fiesta y amigos.

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Wanda.

—Quiero partir mi discurso.—Dijo Peter levantándose de su asiento. Mamá sonrió y le entregó el micrófono. Tomé la mano de mi esposa quien jugaba con su anillo de matrimonio. —Tengo una carta que leer para las novias, pero antes de eso, quiero hablar desde mi corazón, para mi hermosa hermana. —Sonrió. —Wanda, en el momento en el que mamá y papá dijeron que esperaban dos hermanitos para mí, desee con todas mis fuerzas que fuese mentira.—Bromeó y todos comenzaron a reír.—Es broma. Yo quería una hermana, deseaba una hermana. Y llegaste, Pietro me da igual—Sonrió y mi hermano se quejó mientras se apoyaba en el hombro de su novio. —Y aquí estás, casándote. Siempre fuimos buenos amigos, y sé que eso no cambiará ahora que ya eres una señora, pero espero de todo corazón que Natasha y tú sean felices, sin importar los obstáculos que la vida les ponga. Ambas son personas asombrosas, y sé que papá...—Sacó una carta.—Lo habría pensado así, y es por eso que decidió dejarles un regalo, porque confiaba en su amor. —Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas sin aviso. Natasha se acercó a mí apoyándose en mi pecho y secando mis lágrimas. —Un beso de las novias, todos  queremos ver eso antes de que yo siga.—Sonrió él.

Natasha se acercó a mí, y sin pudor alguno me besó con suavidad. Cerré los ojos con una sonrisa dibujada en los labios.

—Te amo.—Murmuré y ella sonrió.

—Te amo muchísimo más, amor.

Todos aplaudieron y vitorearon en favor de nuestro beso.

—Bien, luego de ésto, seguiré.—Dijo peinando su cabello ruloso.—Wanda, cariño, en ésta carta dejo mis mejores deseos para tu boda, siempre estoy corriendo por la vida, y sé que cuando estés casándote, no será diferente, y prefiero dejar desde ahora mis pensamientos para ambas, cuando Natasha comenzó a ser de tu interés, me asusté, no por ti, no por ella, por el mundo. Y mientras daba vueltas en el hotel, luego de aquella tarde con Nat en el zoológico, me puse a pensar en que la vida es tan corta y no puedo atarlas a mis temores, nunca intenté frenarte, porque el amor es lo más lindo que tenemos, como el amor que sentí el día en que supe que sería padre de todos ustedes. Mis cinco chicos de oro.—Peter secó las lágrimas que caían de sus ojos. Observé a mamá. Ella no ha hablado con él.—Y tomé la decisión de comprar el zoológico para ambas, sé que Natasha haría lo que fuese por hacerte feliz, y sé como te preocupa que ella se desenvuelva cómodamente, no hay mejor forma de demostrarles lo feliz que me hacen más que dejándoles Dartmoor a ambas, para hoy, para el momento en el que ambas estén legalmente casadas.

Observé a Natasha quien había abierto sus ojos y dejado caer su mandíbula sorprendida. Tomó mi mano y me observó.

—¿Qué?

—Felicidades a ambas. Ya hablaremos del regalo menos importante para las recién casadas, por ahora disfruten de su nuevo nido de amor. Espero que mis nietos corran por todo el zoológico, libres como siempre debió sentirse la pequeña Natasha. Natasha, cuida de mi hija.

La carta se acabó y mis ganas de llorar aumentaron al ver a mi esposa sollozar a mi lado. Ella está verdaderamente emocionada.

—Así que todos... Bienvenidos al zoológico Romanoff Maximoff.—Dijo Peter.

—¡Salud por eso!—Dijo Thor y Vision quien traía a Loki en su pecho con aquellas mochilas extrañas para bebés, le quitó la copa de vino y se la cambió por algo de zumo. Quien lo diría. Vision dejando el alcohol.

"¡Salud!" Gritaron todos al unísono, elevaron copas, subieron la música y mientras mi esposa me abrazaba, el ambiente festivo seguía, seguramente nos aguardan más discursos emotivos, pero necesito saber que mi esposa estará bien.

God must hate me. [Wandanat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora