84. Una sesión.

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Natasha.

—¿Y cuándo viene?—Pregunté a Wanda. Su abdomen de ocho meses es realmente grande, me gusta apoyar mi cabeza allí, nuestro bebé es como ella, y ya no tiene mucho espacio para moverse, si fuese tamaño Natasha, probablemente aún patearía y yo no podría acercarme demasiado.—Hablé con la señorita Linda sobre lo que ocurrió cuando Charles pateó por primera vez.

—¿Mencionaste lo de tu mente?—Preguntó Wanda y asentí.—¿Qué dijo?

—Que pensó que jamás volvería a mencionar eso de que visitaba su consulta en mi cabeza y todo eso, ya sabes. Ella creyó que lo había olvidado.

—Lo hiciste.

—Ya, pero lo recordé, y se lo he dicho, ella dijo que es normal, que es útil cuando entro en crisis que no sé explicarme, también me dijo que en cuanto el bebé nazca, probablemente también tenga otro pánico de esos, porque es nuevo, y no programamos una cesárea. —Murmuré.—Ya sabes que las sorpresas me molestan demasiado.

—Claro, cielo, pero si quieres podemos programar la cesárea y se solucionaría aquél problema con ya sabes, la sorpresa y evitaríamos que entres en crisis...—Los dedos de Wanda acariciaron mi nuca. La parte buena de la hipersensibilidad es que cuando aprendes a disfrutar de ciertos toques, sonidos, aromas y todo eso... Es como disfrutar del cielo, o creo que es algo así lo que dirían. Sigo intentando aprender como mejorar mis metáforas. 

—Oh, no, Wanda. Es tu día, y el día de nuestro pequeño, no quiero que expongamos a tu cuerpo solamente por mi comodidad emocional, creo que si debemos priorizar, ustedes están antes en la lista, yo puedo cuidarme sola, tú eres una mujer de ocho meses de embarazo y él es tan sólo un bodoque, ¿bien?—Pregunté y Wanda sonrió.

—¿Irías por helado y fruta?—Preguntó haciendo un puchero. Me puse de pie y también me puse en marcha para ir a la cocina.

Bajé las escaleras y vi a nuestros hijos descansar en el sofá de la sala, el señor Don Pato trabaja hoy, se ha ido con Parker a la sección acuática del zoológico, así que me lo traerán en la noche. El señor don Pato disfruta demasiado de su trabajo, y de los premios, su peso ha aumentado un poco, bajé sus raciones para cuidar de su salud y mantenerlo más años conmigo.

—Uh, okay, helado y frutas, helado y frutas...—Tomé las cosas del refrigerador y comencé a prepararlo.

Le gustan las frutas en trocitos, le gusta el helado como cubos, bien, puedo con eso.

Le serví un poco de jugo mientras revisaba mis mensajes, uh, Thor dice que Loki ha dibujado algo, bien, aburrido. Lena me ha enviado unos documentos sobre una expansión en el zoológico, grandioso, lo veré luego, y... Val, luego veo lo de Val.

Nada de Tony.

Uh, bien.

Supongo que Tony ya no volverá, he apartado eso de mi vida, ya no me duele, me dolía, pero la doctora Linda me ha dicho que él tiene derecho a intentar superarme, y yo tengo derecho a... ¡Ya no quererlo! ¡Es un tontísimo!

Y lo extraño...

¡Uh, basta!

Tomé las cosas y las llevé escaleras arriba con cuidado, soy algo torpe, pero por Wanda puedo intentar controlar mi torpeza.

—Wanda, te he traído zumo, quizá podría darte un masaje de pies, leí que a las embarazadas les gusta eso de los masajes en los pies, también podríamos hacer tus ejercicios de respiración, esos del taller al que fuimos donde habían bebés de plástico. ¿Recuerdas al que le quité la pierna? Le puse Bob.—Dije y me quedé en silencio al verla roncar levemente. —Uh, Wanda...

God must hate me. [Wandanat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora