9. Thor Odinson.

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Wanda.

—¿Wanda?—Oí una voz. Me giré un poco para seguir durmiendo y sentí a mi novia acomodarse sobre mi cuerpo deteniendo mi giro al costado con sus piernas.—Wanda, creo que alguien está tocando la puerta.

Negué y ella insistió.

—Que sí, Wanda. Se escucha.

Abrí mis ojos y de forma extraña pude oír el timbre muy a lo lejos. Creo que está fallando.

—¿Cómo escuchaste eso?

—Separo los sonidos.—Dijo ella seria. Tomé su cintura y noté que estaba sin pantalón.

—¿Y tu pantalón?

—Hacía calor en la noche y me lo he quitado.—Murmuró.—Oh sí, y Sherlock, el señor peluches y yo llegamos a la conclusión de que necesitamos una cama más grande.

—¿Por?—Pregunté rascando mi nuca y observando la hora.

Dos de la tarde. Joder, ayer armando algunos muebles en la que será la habitación de colección de Natasha, me he quedado hasta las cuatro, pero quedó bastante bien, ahora debe acomodarlo ella.

—¡Que no entramos todos, Wanda! Y mis zapatos se han caído fuera, ahora no puedo usarlos.—Murmuró y observé uno de sus zapatos en el suelo.

—Cariño, tu zapato está bien. Debes dejar de subirlos a la cam...

—No.—Me cortó saliendo de mi regazo.—No puedo, me molesta, quiero cuidarlos de los insectos.

—Cariño, estarán bien en el suelo. No hay insectos.—Bostecé y me puse de pie para levantarme a abrir la puerta.

—¡Que si hay!—Se quejó ella y suspiré.

—Bien, ¿sabes qué haremos? Pondremos repisas, de tu lado, y allí dejarás tus zapatos.

—Wanda, es que soy pequeña. No alcanzo.—Murmuró y sonreí.

—A tu altura, bebé.

Salí de la habitación y vi a Sherlock pasarse por delante para ir a la habitación. Seguramente para buscar a Natasha.

Caminé hasta la puerta y abrí para ver quien se encontraba fuera. Vi a un muchacho rubio y bastante alto, su chaqueta de cuero café y su cabello despeinado le daba un toque extrañamente rebelde.

—No quiero oír la palabra de nadie, no estoy bautizada.—Dije rápidamente y él sonrió.

—No, lo siento.—Me detuvo antes de cerrar la puerta.—Soy Thor. Thor Odinson, amigo de Natasha por correspondencia. Quedamos en vernos hoy.—Murmuró y yo enarqué una ceja.

Ella no me había dicho que Thor se veía así.

—¿Tienes tus documentos?—Pregunté poniéndome derecha. Sólo mido uno con setenta, y el con sus dos metros aún así no va a intimidarme.

Él me miró extrañado pero sacó de su billetera su identificación. La tomé y leí todo.

Thor Samuel Odinson. ¿Samuel? ¿Thor Samuel?

—¿Thor Samuel?—Pregunté extrañada.

—Mi padre no es el mejor eligiendo nombres, ¿bien?—Se quejó y me quitó su identificación. —¿Está mi amiga?—Volvió a sonreír.

—Uh...—Me giré y vi las cajas allí.—La casa está algo... Desordenada, le pediré que se arregle y...

—¡Hola, Thor!—Saludó animadamente mi novia y me espanté.

Me giré y la vi arreglada y con el cabello húmedo.

—¡Natasha!—Saludó un animado musculoso y... Enorme muchacho.

God must hate me. [Wandanat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora