Natasha.
Limpié mi traje nuevamente quitando las pelusas que Piolín había dejado en el.
-¿Jugo?-Preguntó mi suegra extendiéndome un vaso. Lo tomé y se lo agradecí.
-¿Cuidarán bien del señor don Pato?-Pregunté a mamá quien estaba a mi otro lado.
-Lo cuidaremos, sí.-Contestó mi suegra.-Relájate. Todo saldrá bien. Sólo se irán dos meses.
-Deben alimentar al señor Erik dos veces al día con las croquetas especiales, su pancita le duele si come de las otras de Sherlock. Y el señor don Pato come cuatro veces al día en porciones pequeñas, Sherlock come tres veces, aunque hay que reducir su comida, ha subido de peso, y ya no es sano, eso he notado.-Murmuré.-Piolín come tres veces al día, y antes de dormir, una o dos golosinas lo mantienen contento. Agua limpia cada tres horas, pero si la vacían antes, pues antes, todos saben cual es su plato.-Mencioné. Mamá sonrió.
-Lo sé, nos dejaste las anotaciones en la habitación de tus mascotas.
Nuestros hijos mascotas tienen una habitación para ellos solitos, con túneles, juguetes, una bodega de su comida y ropa, además de que sus camas están ubicadas de forma estratégica. De igual forma comparten.
-Natasha, cuidaremos bien de ellos. Disfruten la luna de miel.-Insistió mi suegra.
Me crucé de brazos. Mamá besó mi mejilla y la ceremonia comenzó. Unos señores comenzaron a hablar sobre la importancia de la educación.
Aburrido.
Nunca he entendido aquellos discursos en cada graduación, durante toda la vida estudiantil hacen sentir a los estudiantes como tontos, miserables y que su inteligencia depende de una calificación. A mi siempre me ha ido bien, aunque mis maestras decían que yo era tonta, pero ellas también lo eran, no sabían hablar sin escupirme el rostro.
-¿Y mi esposa?-Pregunté en un susurro. Mis cuñados comenzaron a reír en voz baja.
-Silencio, Nat.-Me regañó mamá.
-Silencio, Bruno.-Dijo Lorna en tono de broma. ¡Oh, oh, hemos visto esa película, la recuerdo muy, muy bien!
-Silencio, Bruno.-Repetí yo y Pietro iba a gritar, sin embargo mi suegra cubrió su boca rápidamente y lo regañó.
Nos quedamos en silencio.
-No sé donde tienen los veinticuatro años escondidos.-Se quejó la madre de Wanda. Pietro y yo nos observamos. Oh, había olvidado que es mellizo de mi novia. Grandioso. Es un Wanda niño, eso significa que tienen la genética muy similar... Como para fecundar uno de mis óvulos, ya veo...
-¿Pietro?-Pregunté y él me observó.-¿Haz pensado en ser donante?
-Dono sangre cada ocho meses, Nat. Es muy bueno, deberías...
-Me dan pánico las agujas.-Confesé. Él me miró extrañado.
-No quiero sonar grosero, pero creí que la gente con autismo no sentía dolor físico.
-Tenemos un umbral del dolor alto, pero me asustan, porque toda la vida me inyectaron para calmar mis crisis nerviosas, entonces he generado un rechazo notorio a ellas, me dan mareos y todo eso cuando veo una aguja cerca de mi piel, me aterra y ya, me cuesta controlar esas emociones.-Dije a Pietro quien asintió.
-No tenía idea. Gracias por la información. -Sonrió.-Pero donar es bueno.
-¿Igual que donar semen y todo eso?-Pregunté.
-¡Natasha!-Me regañó mamá nuevamente y la hicieron callar.-Lo siento, lo siento...
-¿Uh?-Balbuceó un sonrojado Pietro. Uh.
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God must hate me. [Wandanat]
FanficWanda y Natasha llevan cuatro años de relación, cuatro hermosos años en donde han aprendido mucho sobre la otra, con veinte años ambas ingresan a la universidad y deciden compartir un piso, eso no sería ningún problema de no ser porque ambas tienen...