Natasha.
—¡Code, Nat! ¡Ya casi estamos!
Corrí tras mi hermana en el patio de casa, llegamos a los juegos y ella me sonrió. Sus dientes, le faltan los dientes de delante. Mamá dice que es porque es bebé, yo digo que es porque se parece al abuelo.
—¡A que no me atapas!—Insistió mientras se columpiaba sin cuidado. ¡Está altísimo! ¡Ella va a lastimarse y se romperá más dientes!—¡Es muy divedtido.—Insistió.
Su mano se soltó de la baranda y ella cayó al suelo golpeándose entre las hojas. Comenzó a llorar, corrí hasta ella, no sé que hacer.
¿Qué hacer cuando alguien llora? Me pone muy triste. ¿Qué hago?
—¡Nat, Yelena!—Mamá habló corriendo hasta ambas, tomé el pecho de Yelena acomodándome tras ella. Mamá se acercó y Yelena me apartó aferrándose a ella.—¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?
—¡Me duele, mami!—Dijo ella.
—¿Tú estás bien, Natasha?—Preguntó mientras acunaba a mi hermana.—¿Qué ha pasado?
—Me he caído.—Insistió sollozando.—Nat no me ha levantado.
Cubrí mis oídos con mis manos y me levanté para correr dentro de casa. ¡Que odio los llantos y Yelena lo sabe! ¡No me gusta! ¡No me gusta! ¡No ha sido mi culpa! ¡No ha sido mi culpa!
—¡Nat, Nat!—Papá trató de detenerme mientras golpeaba el mueble delante mío.—¡Nat, despierta!
Abrí los ojos.
—¡Yelena!—Grité y vi a los pasajeros verme extrañados. Me levanté acelerada y comencé a correr a la siguiente cabina. ¿Dónde está Yelena? ¡No he sido yo, lo juro!
Comencé a correr en busca de mi hermana.
—¡Yelena!—Grité y llegué a una cabina vacía.
—Señorita, calmese. Tendremos que sedarla.—Dijo alguien mientras yo me dejaba caer en el suelo pegada a la pared del avión. ¿Dónde está Yelena? ¿Por qué no está aquí? ¡Yo quería atraparla! —Trae un sedante.
—¡No se acerquen!—Van a espantarla.—Nat, bebé...—Oí la voz de Wanda. Miraba para todos lados, no puedo enfocar donde está.—Amor... Ven aquí...
No sé donde está.
—Tendremos que dormirla, está molestando a los pasajeros, recibimos quejas.
—Reubique nuestros asientos.—Oí la queja de mi novia.—Pagué por una cabina privada.
Sentí que alguien tomó mi hombro y traté de liberarme de ese agarre molesto. Odio que toquen mis hombros, sentí un silencio sepulcral acompañado de un abrazo fuerte.
El aroma de Wanda hizo que me relajara entre sus brazos, es ella. Está aquí... Está conmigo.
Me aferré a ella. Sentí mis latidos volverse más calmos, mi respiración estaba más laxa, puedo permitirme ésto... ¿Por qué no he cuidado bien de Yelena?
¡No fue mi intención! ¡Jamás lo fue!
Observé el rostro de Wanda y noté un hilillo de sangre salir del extremo de su labio.
¿Yo la he lastimado?
—¿Te he hecho eso yo?—Pregunté intentando apartarme, ella sólo mantuvo sus brazos rodeándome. —¿He sido yo?—Insistí.
—¿Te sientes mejor, bebé?—Preguntó tomando mi rostro obligándome a verla a los ojos. Pegué mi frente a la suya y cerré los ojos, no entiendo nada.
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God must hate me. [Wandanat]
FanficWanda y Natasha llevan cuatro años de relación, cuatro hermosos años en donde han aprendido mucho sobre la otra, con veinte años ambas ingresan a la universidad y deciden compartir un piso, eso no sería ningún problema de no ser porque ambas tienen...