God must hate me. [Wandanat]

45. Probabilidad.

[PLAY: Colapso — Kevin Kaarl]

Wanda.

Al llegar al aeropuerto, tomé un taxi, supliqué que me llevara hasta el hospital, al llegar al hospital corrí en busca de información, llegué al piso en donde estaba papá con el abdomen  dolorido, el estómago revuelto y las ansias que me consumían hasta lo más recóndito de mi ser.

Peter a lo lejos, sentado con los codos apoyados en sus rodillas y su rostro entre las palmas de sus manos. Lo supe en cuanto lo vi, no quedaba mucho que hacer.

—Peter.—Le llamé. Él se levantó y corrió a envolverme en un abrazo enorme. Comencé a llorar mientras también lo oía sollozar de forma baja, sus lágrimas empapaban mi blusa. Vi a Lyla a lo lejos, mis sobrinos han de estar con sus abuelos. —¿Mamá y Lorna?

—Están bien. Lorna está bien, mamá trae un cuello ortopédico. —Murmuró.—Papá está en observaciones... No creen que despierte. Ha atravesado el cristal y su cuerpo cayó metros más allá, su cabeza... Ha recibido el impacto mayor, y en caso de despertar... Desconocen el estado en que lo hará. Su columna está irremediablemente dañada...

Dejé ir un sollozo estremecedor. No puede ser en serio, ésto me duele demasiado. Mi papá...

—¿Dónde está?—Pregunté y Peter señaló el final del pasillo.—¿Puedo ir?

—Ve, debes ponerte el traje de la entrada.

Asentí lentamente y comencé a caminar por allí. Me dirigí al pasillo, entré a la habitación, me puse el traje, todo parecía marcado en una coreografía que debía seguir al pie de la letra.

Mi padre recostado en la cama, sus labios morados, casi sin oxígeno, sin embargo con una máquina que conectaba con su garganta para darle uso a sus pulmones.

—Papá...—Susurré. Me vi de pronto en la habitación de mis padres, mi yo de dieciséis y papá leyendo en su cama.—Me gusta una chica.—Dije de pronto.

Él se quitó las gafas y me observó en silencio.

—¿Me estás contando que te gustan las chicas o me estás pidiendo un consejo?—Preguntó extrañado y yo suspiré.

—Creo que te estoy contando que me gustan, pero además necesito un consejo. Ella tiene autismo, y parece odiarme cada que le hablo.

—Ya sabes como fui yo con tu madre, me metí en medio de casi un compromiso, no creo que sea el indicado para darte avisos de amor, cielo.

—¡Claro que lo eres, papá! Mamá no me diría como conquistar a una chica. Ella no gusta de las chicas.

—Buen punto.—Se sentó en la cama.—¿Alguien más sabe de ésto?

—Peter, pero... Ya ves como le va en el amor.

Papá asintió lentamente.

—Sí, bueno... ¿Tal vez notas? Quizá le sea más fácil contestarte mediante escritos, tal vez no quiere hablar directamente, pero si le gustas. ¿Cómo no vas a gustarle?

Solté un par de lágrimas centrando mi vista nuevamente en el cuerpo inerte de papá, me alejé de aquellos tortuosos pensamientos en donde creía que papá estaría para alguna verme casarme con Natasha.

—Hey...—Susurré tocando su mano lastimada. —No sé si me escuches, no sé si sientes ésto... Quiero que sepas que te amo, te amo muchísimo... Eres un gran padre, y creo que no te lo he dicho lo suficiente. —Sollocé pegando mi rostro a su bata de hospital. — Nunca me alcanzarían las palabras para explicarte todo lo buen padre que haz sido, no debías... No debías ir al aeropuerto, ¿por qué lo hiciste? No quiero que me dejes...