𝑨𝒍𝒇𝒂 𝒑𝒂𝒏𝒅𝒊𝒍𝒍𝒆𝒓𝒐 ⚝𝑴𝒂𝒊𝒕𝒂𝒌𝒆⚝

♡𝓞𝓷𝓮♡

Hanagaki takemichi un chico de dieciséis años el cual estaba a un par de días de saber cual era su segundo género, su familia estaba totalmente emocionada por eso, su padre quería que fuera un fuerte alfa al igual que sus hermanos mayores, su madre también lo quería, takemichi podía ser cualquier cosa menos un omega, su familia jamás a tenido un omega y por supuesto no querían tenerlo.

El era el menor de la familia hanagaki lo cual era una gran presión, tenía que ser perfecto o iban a compararlo con sus hermanos y eso no era bonito, sus notas siempre debían ser una +A  porque cuando solo era una A su padre no dejaba de recordarle como sus hermanos nunca tuvieron esa nota, la constante frase de "lo tienes todo, lo mínimo que puedes hacer por nosotros es sacar buenas notas" .

Desde que tiene memoria no recuerda ninguna mirada orgullosa de sus padres ni mucho menos palabras cariñosas, pero el no podía quejarse porque sus padres sólo le dirían que trabajaban para darle todo lo que necesitaba y eso lo haría sentir muy culpable.

En esos momentos se encontraba regresando a su casa después de un largo día de clases, tenía clases de piano y de francés e inglés, más las clases de la escuela privada a la que asistía, se sentía agotado pero no podía hacer nada, al llegar a su casa tendrá que tomar un baño y bajar a comer con su familia, para después volver a su habitación y empezar a estudiar para estar en todos los puestos número uno de su escuela.

No tenía amigos su rutina no se lo permitía, sus padres decían que no necesitaba amigos los cuales lo único que harían era envidiar todo lo que tenía y que eran una mala influencia, así que tener amigos era algo totalmente prohibido para él, estaba justo en frente de la puerta de su casa, acomodo su ropa lo mejor que pudo, una sola arruga y su padre iba a darle un golpe.

Al entrar a su casa, vio a uno de sus hermanos sentado leyendo un libro, mientras que su madre estaba en la cocina preparando la cena.

-estoy en casa, madre hermano mayor - les dice mientras hace una reverencia y empieza a subir las escaleras.

-que no se te olvide poner tu ropa a lavar - contestó su hermano mientras toma de su taza de café.

-si, gracias por recordarlo hermano - le dice y continúa subiendo, al llegar a su habitación se quedó observando su habitación, no tenía ningún color aparte del blanco y negro, era igual que su ropa, tomó un pantalón suelto color gris y una camisa suelta del mismo color y entró a bañarse, se sentía un poco cansado de lo monótona que era su vida, se sentía agotado de ser siempre educado y serio, en su casa estaban prohibidas las emociones fuertes de felicidad, nadie tenía ninguna razón para estar triste, todos tenían que ser serios y educados.

Al terminar su baño de treinta minutos, se vistió y empezó a secar su cabello negro, ese era su tono natural su pelo debía estar siempre muy bien peinado, lo cual era algo difícil ya que su cabello tenía ondulaciones, nunca pudo saber como se veía su pelo sin estar peinado, se puso unas pantuflas y salió de su habitación con Un libro de inglés, tenía que tener su cara siempre en un libro o su padre decía que sólo estaba perdiendo el tiempo, al bajar las escaleras vio a su madre poner la mesa así que se acercó a ayudarla después de hacer una reverencia hacia sus hermanos.

Todos ya se encontraban sentados esperando a que su padre llegara, nadie hablaba ni se movía, las manos de todos estaban en sus piernas, nadie podía tener nada en la mesa, escucho como la puerta se abría, takemichi y sus hermanos se pusieron de pie haciendo una reverencia hacia su padre.

-bienvenido a casa Padre - dijeron los tres mientras su padre se sentaba y su madre empezaba a servir la comida.

-takemichi hable con tu maestro de francés, me dijo que te confundiste varias veces - para takemichi su padre tenía razón se equivoco cinco veces durante su clase de dos horas.