Alcohol, cocaína y otras adicciones (NaruSasu)

Luna de miel

Sarutobi se encontraba con Danzo,  quien le miraba interrogante con los brazos cruzados. El anciano no le había quitado el ojo de encima a Sasuke durante la fiesta. Y también se había abstenido de de hacer un comentario sobre su condición. Obviamente que el hombre sabía más de lo que decía o decía saber, al final de cuentas, por la relación que ambos tendrían, podría leer los pensamientos  de su compañero.  Había tratado de minimizar todos los efectos adversos del evento, no quería que hubiese un escándalo, sin embargo, el Uchiha parecía tener cientos de enemigos. Ahora mismo, a él incluso lo estaban chantajeando con dar a conocer la escena de aquel evento.

Le había salido más caro de lo previsto.  Lo peor es que los mensajes vendrían de un numero desconocido, claro que iban sobre él. Económicamente, estaba bastante bien posicionado. Y haría lo que fuera por mantenerse callado.

Maldito Naruto, Maldito el momento momento en el que se le ocurrió contratar a ese infeliz.   Una simplemente competencia era una masacre.  No podía  hacer nada, estaba atado de manos. Lo mejor que podía pasar es que el Uchiha fuese un depravado, pero sería lo mismo. El evento sería opacado por escándalos.  Con lo difícil que era para alguien con su cara ganar adeptos.

Hiruzen revisaba su teléfono celular. Tratando de esquivar el tema que obviamente tendrían que abordar.

—¿Y bien? ¿Vas a quedarte callado? ¿Qué sabes del Uchiha?

—Lo mismo que tú.

—Dudo que sea lo mismo Sarutobi. Tu trataste a su hermano incluso más que yo. Así que honestamente no entiendo. Es obvio que es el hermano menor de Itachi.

—El mundo es un lugar bastante pequeño—dijo al aire. —No pensé que vería Sasuke después de tantos años. Tampoco creí que siguiese con vida.

—¿Ya lo conocías? —preguntó Danzo. El anciano se apretó las manos, no quería ver a Sasuke, porque le recordaba que le había fallado terriblemente a Itachi, que había hecho mucha de sus cosas. —No me digas que fue lo del operativo...—Hiruzen cerró los y exhaló con fuerza. —maldita sea. ¿No pudiste hablar? Esto no es cualquier cosa.

—Lo sé.

—Ese maldito mocoso puede hundirte.

—No me hundiría... solamente diría la verdad. Y me daría lo que merezco.

—no me jodas Hiruzen. No quiero perder contigo por  lástima. Quiero una contienda digna, no porque te hagas a un lado....

—No culpes a Sasuke.

—no lo estoy culpando. Tampoco es que vaya a hacer algo contra él. —exclamó Danzó desesperado. —simplemente creo qué hay cosas de las que tenemos que encargarte. Esto no es solo sobre mantener tu consciencia tranquila sobre lo que hiciste o dejaste de hacer, que le fallaste a Itachi. Es sobre lo que puede causar. Es un caos.

—No hagas nada Danzo.

—no necesito acercarme siquiera. A este paso, seguramente se morirá de una sobredosis.—escupió. — pero si tengo que escoger entre la vida de un drogadicto descarriado o tu futuro. Escogeré el tuyo.

—No te atrevas.

—Suicidate. —dijo Danzo seco. —si lo haces, entonces me voy a detener. Pero si no, no pienso  que ese mocoso interfiera.

—Es una basura lo que estás diciendo.

—¡es una mierda lo qué tu estas diciendo! ¡Sabes lo que pasaría si ese mocoso habla! Será lo mismo a que estes muerto. Eso sería mejor, porque va destruir tu carrera. Va a destruir todo.

—¡Estaba demasiado drogado! ¡No creo que lo recuerde!

—¡No puedes arriesgarte! —le dijo Danzo. —oye, no lo voy a tocar. No es que lo mande a matar, digo, no es que me falten ganas. También aprecio lo que Itachi hizo, pero no puedo tenerlo en consideración. Solamente por su pasado, eso ya sucedió. Tiene un futuro por delante.  Si quiere pasar su vida refugiándose en drogas y alcohol. Será su problema, pero no estoy dispuesto a  hacer nada más al respecto. Ojalá que esta vez si tomes la decisión correcta.