Kurama

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Después de todo lo que escuchó, Naruto se encontró con su pareja por toda la noche. Vigilando su sueño. Vagamente se preguntó si eso había soñado cuando lo encontró llorando y suplicando en sus sueños hace tan sólo unas noches, ciertamente el menor tenía un bufete de malos recuerdos para escoger entre cuanles escoger. Además, verlo completamente destrozado ante los comentarios sin tener nada que decir, le recordaba que nadie tenía calidad moral para juzgarlo, ni nadie después de que al inicio, él mismo lo juzgó por tomar una salida fácil. Se burló de su estado, se atrevió a humillarlo al verlo llorar, cuando simplemente las emociones los desbordaban.

"Te ves ridiculo" -fue lo que le dijo, y parte era por eso que el más joven siempre traría de huir cuando las lágrimas amenazaban con salir.

Y contra todo, el menor que pudo simplemente demandarlo por las paliza que recibió, le tendió una mano. Era perfecto para desquitarse, si hubiese querido. En ese aspecto Sakura tenía razón al defenderlo con uñas y dientes, Sasuke era noble. No se lo merecían.

Aun estando tan traumatizado, no era una fácil elección, pudo robar, asaltar, pero no, decidió vender su cuerpo, a tentar contra su propia persona antes que hacerle daño a alguien. Y contra todo pronóstico, el menor logró salir adelante, aun con pesadillas, con las drogas. Continuó acicalando el cabello de Sasuke, y también, molesto, enfadado consigo mismo y con el resto del mundo que no valoraba a personas valientes.

Las personas que se prostituían preferían mil veces atentar contra su cuerpo, que hacerle daño a alguien. Y nadie veía la nobleza de aquel acto, solo juzgaban, haciendo más daño del que ya recibían.

El cuerpo que abrazaba tendría pequeños espasmos,no estaba seguro si eran pesadillas, o algo más. Había contando cuidadosamente ellos medicamentos, para evitar una sobredosis, pero lo sufijen te para mantenerlo bien dopado, ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor. La verdad es que la reacción de Konan y Nagato le hizo bastante ruido, porque eran personas tan cercanas. Sobre todo Nagato, quien también lo apoyó cuando estuvo con Jiraya. Recordó el dolor con el que le comentó que había quedado invalido, y Naruto odió al criminal que hubiese lastimado a su amigo de semejante manera. ¿El mundo no era una perra? Parecía que estaba recibiendo un golpe cada que avanzaba, porque quería hacer pagar al cabrón que dejó lisiado a Nagato y ¡oh sorpresa! Ahí lo tenía, envuelto en sus brazos, repitiéndole que no había sido su culpa.

Entonces se preguntó si la estación de policía habría tenido algo que ver en las cartas de acoso que recibía Sasuke, porque por lo que el menor le comentó, todo estaba bien intencionado. No era al azar mandarle excremento, orín, después de lo que el menor le contó, aunque Sasuke tratase de minimizar y luchar por llevar todo él sólo. Pero no estaba solo. Se aseguró que la respiración fuese estable, después de todo, había tenido que darle medicamentos para lograr calmarlo. Contenerlo.

Le urgía y ocupaba un reporte de quien era el maldito cabrón que estaba acosando a su pareja. Él no era tan noble como su pareja. Muy gracioso, la mayoría pensarían que era una buena persona.

Pero él era tajante, y tanto podría perdonarte y darte una oportunidad o simplemente asesinarte.

Las facciones más suaves le recordaban a cuando era niño, al inicio, moría de ganas por hablar del pasado. Maldita coincidencia, porque era el mismo niño que adoraba, y moría por hablar de su pasado.

Antes que Iruka, fue ese pequeño niñito quien lo aceptó en las calles, quien no lo vio como basura. Y ahora quería saber que fue de su vida, y sin embargo, tan solo tocar el tema le era dificil. Porque no quería presionarlo.

Ya era demasiado con escucharlo tener pesadillas en las noches. Sin duda el padre del menor era nefasto, y solo quería saber desde que edad comenzaron los abusos, y necesitaba saber si el pequeño también huyó a las calles. Lamentó demasiado no habérselo llevado en aquella ocasión, porque si le hubiese tendido la mano, seguramente no se hubiese vendido.

Alcohol, cocaína y otras adicciones (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora