Nadie debe saber

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El primero en despertar fue Naruto, la cama estaba hecha un lío de fluidos. El cuarto olía sexo duro y sucio, ambos olían a sexo, semen, orina, saliva. Agotó a su pareja hasta quedar inconsciente. Hizo un gesto, al oler la sábanas.

Se supone que la orina no olía tan bien cuando pasaban unas horas, la verdad es que a él le gustaba, pero que Sasuke se moriría de la vergüenza. Se excedió bastante lo tenía planificado desde que el Uchiha le pidió que lo tratara igual. Oh, pobre Sasuke. Si supiese que eso era una pequeña parte de lo que tendría planeado para él. La habitación se veía incluso peor que cuando tenía sus crisis y ataques de ira, todo desecho. Todo era un desastre, tendría que contratar un servicio de limpieza o algo, porque estropearon todo el departamento. Quizás debió rentar un cuarto de hotel, pero secretamente quería marcar todo el territorio con su pareja. Porque seguro que no dejó ningún lugar del departamento intacto.

Menos mal que eran vecinos.

Naruto gimió, auch. Le dolía el trasero, pero a haber buscado un montón de consejos en internet, no estaba acostumbrado al sexo gay, el culo le dolía, quizás tanto como el pene. Lo cual le hizo tener al menos un poco más de empatía con Sasuke... también tenía el pene con rozaduras, oh mierda, seguro que estaba más hinchado por haber tenido sexo toda la noche. Muy secretamente, y también un poco culpable, agradecía que su pareja hubiese tenido tanto sexo antes, no habría manera en que hubiese podido realizar un fisting exitoso tan fácilmente si no estuviera acostumbrado, nada de desgarres, nada de sangrado. Únicamente pura satisfacción.

Se apresuró a tomar sus antipsicóticos, Era un buen día como para dejar que Kyuubi, o Kurama la cagara, tendrás que estar bien sedado, se giró hacia su pareja en el desatarse que era la cama, lo movió con cuidado y este no se movió. Benditos medicamentos, un sueño muy profundo.

El cuerpo estaba lleno de mordidas y chupetones que se encargó de llenar en aquella piel lechosa. Incluso a él le fallaban las piernas, esperó unos momentos antes de tomarse dos pastillas de caféína, porque no estaba dispuesto a consumir un café que no fuese hecho por las preciosas manos de su amante. Y solo entonces, se animó a ponerse de pie. Y solo entonces, se encargó de cambiarlo de departamento, literalmente. Y contratar un servicio de limpieza profunda.

El trasero de Sasuke todavía goteaba lubricante y semen, y estaba chorreando el suelo. Se encargó de revisar el traserito de su pareja. Se preguntó si séria apropiado iniciar con un mañero, dio una sonrisa divertida antes de percatarse del hilo rojo de sangre que salía por la nariz de Sasuke.

Se espantaría, de no ser porque sabía la razón por la que estaba sangrando. Eso eliminó bastante la calentura matutina, fue por un pedazo de papel higienícelo y limpió su nariz.

-¿por qué insistes en dañarte? -se preguntó, limpiando. Toda la nube de felicidad que tenía se esfumó al darse cuenta que efectivamente, Sasuke estaba bastante cerca de morirse de una sobredosis y no podría hacer nada al respecto. ¿Encerrarlo? Estaba comenzando a considerar realmente esa opción. Miró el anillo de promesa que le hizo, que siempre va a cuidarlo.
No puede creer a que punto se preocupa por él.

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Sasuke no podía con su alma. Ni siquiera podía levantarse, las piernas le dolía. El pene le dolía, incluso tomar agua lo hacía sentir culpable. Sabía que Naruto era un cerdo, pero todo fue tan romántico que lo que menos pensó, fue en tener sexo salvaje y su puño dentro del trasero.

Aunque era comodo que lo estuviese cuidando, colocando aloe Vera en su trasero. No quería ir al departamento de enfrente, se moría de vergüenza de suponer a todo lo que apestaba. Incluso su cabello olía, a pesar de que se había bañado.
Por otro lado, el jefe estaba tan sonriente Danzo masajistas.

Alcohol, cocaína y otras adicciones (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora