El tiempo transcurre

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La primer persona que le comentó la noticia fue el Raikage,  ya se encontraban  hablando sobre los  futuros planes o inversiones que tendrían, independientes del apoyo de la empresa. Era de las pocas ocasiones en las que se permitiría asistir a un restaurante de lujo,  y no es porque no lo disfrutase. Actualmente, si quería consolidarse como hombre el pueblo, hombre político. Asistir a lugares caros, no era su mejor opción. Seguramente sería criticado, pero el hombre negro, con cadenas de oro, amante de la extravagancia, sin duda disfrutaba de ese tipo de lugares.  Las rastas blancas decoraban su cara, y endurecían la mirada.
Este tipo de cosas eran las que le molestaba,  con su relación, aquel estupido rubio no solo perjudicaba a su propia persona, ahora el se vería involucrado. Quizás el raikage era bastante prejuicioso,  incluso un tanto más que el, porque constantemente le incitaba a estar investigando sobre Sasuke y Naruto. En serio que le jodía. Por ese motivo, después de una cena costosa, tomó el télefono y llamó a Sarutobi, pensó en hablar con Jiraya, pero ese hombre vivía externamente con mujeres de la vida galante, alguien que seguramente tenía sifilis o gonorrea no era una persona en la que pudiese confiar para aconsejar a Naruto. Por otro lado, Sarutobi era una persona sabia.
Y era alguien con quien no era necesario afinar detalles, quien estaba al tanto de todo. Y por supuesto de la verdad. El mundo era un lugar muy pequeño. Así que en esta ocasión, por la seriedad del asunto a tratar, no acudieron a un restaurante donde podrían ser filmados por cualquier persona indiscreta sin vida social que pudiese simplemente  cambiar, modificar la información. En esta ocasión, después de estar recopilando pruebas. Citó a Sarutobi en su oficina de él, vaya. Ellos tendrían un pacto de caballeros, ninguna haría nada para hundir al otro.
Pero las personas que no eran ellos, cualquier primo, sobrino o conocido, sin duda no formaba parte de ese pequeño y rídiculo acuerdo.
La oficina de Sarutobi era sobria, olía a tabaco para pipa y cenizas, algo que a Danzo le era bastante desagradable y en definitiva no iba nada bien con su figura política.  Y sin embargo, aun con el puro, Sarutobi era conocido por ser un viejo bonachón. 
Con apoyo de su bastón, sin Fuu y Torune escoltándolo, tomó asiento en  uno de los sillones de cuero,  y dejó caer la carpeta de papeles en la esa, en esta ocasión, abordarían un tema muy serio.
Y para variar, Naruto no conocía la palabra discresión, porque había varias paginas, Facebook, playground, que abordaban  la homosexualidad de un ex militar, por suerte. Todavía no indagan en si en el pasado de la pareja, había otros circos mediáticos más importantes en ese momento. Pero la junta directiva estaba sobre de, el raikage se encontraba muy molesto, no aplacaba a Danzo pero exigía una explicación. Los Hyuuga parecían ayudar bastante,  y no era suficiente. Hinata estaba suavizando todo con ayuda de Neji. Menos mal que adoraban a Naruto, y así.  Sasuke parecía una estrella en ascenso. Dejaría de hacer todo con calma, necesitaba aclarar todo con el menor de una vez, o sacarlo de en medio antes. Que se jodiera Sarutobi, si el tenía un complejo de culpa con el Uchiha, él no se sentía con ese compromiso moral.  Antes de saludarse siquiera, el otro anciano tomó los documentos y  también miró las fotos, no esperaba que Naruto llegara a eso.
Por lo menos esperaba que Naruto le confiara que se estaba enamorando del Uchiha, o algo por el estilo. Pero claro, todo eran capturas de pantalla, y el no acostumbraba a revisar los documentos en línea, para Danzo, Sarutobi era un viejo obsoleto. Hiruzen Sarutobi no era alguien que se encontraba al día, por lo menos su nieto Konohamaru debió haberle dicho algo sobre lo sucedido, pero claro, esto era un reflejo de que no le tomaban en consideración realmente.
—Vamos a empezar a aclarar esto de una vez. —empezó Danzo, mirando las fotos, así mismo. Con toda la información de por medio, en este tipo de situaciones, era más fan de manejarla físicamente que en línea, donde casi todo podría burlarse.

—Solo hay que dejar que curse. —dijo Sarutobi, tratando de evitar  el enorme desastre que se avecinaba. Ignorando los informes médicos.

—No seas hipócrita.  —reclamó Danzo, la voz dura, cargada de molestia, no daba lugar a discusión, sin embargo. Era una discusión de gente mayor, donde no era algo de intimidarse, así  de sencillo.

Alcohol, cocaína y otras adicciones (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora