Iniciamos

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A sus once años, sin duda Naruto era todo menos agradable, no solamente en personalidad, si no físicamente Tenía una cabeza grande, y unos ojos saltones, era como un búho, cuerpo pequeño, fruto de la malnutrición, la piel bronceada por la constante exposición al sol, no es que siempre tuviese ropa para poder abrigarse del frío. Las rodillas estaban peladas, sus pantalones desatascados complemente rotos justamente ese ese punto, ya había perdido bastante la capacidad de experimentar frío. Pero olía mal, un aroma entre pobre, rancio, sucio, como un queso con carne y pescado, que dejas por mucho por tiempo, el mismo aroma que cuando pasas por la parte de mariscos en cualquier mercado de pueblo. Las mejillas estaban igual de sucias, sus manos, escondidas entre un par de guantes rotos. Se veía desgarbado, la ropa que tenía en esos momentos le daba un aspecto sucio, y maloliente, que hacía que la gente estaba alrededor escondiera sus cosas, pensando acertadamente que se acercaría robarles. En otras ocasiones los adultos simplemente harían comentarios respecto a su estilo de vida. ¿Para qué tienes hijos si nos los van a cuidar?

Escupió al suelo un gargajo espeso.

Entonces Naruto volvería a las calles a dormir donde siempre. Igual que el resto de los niños en ese barrio. En ocasiones tendría un cartón nuevo, que le permitiría tener la vida más cómoda. Pateaba las cosas y le robaba a sus propios compañeros. En ocasiones, vería alguna que otra beneficencia publica repartiendo dulces a los pequeños, o dando panfletos. Los padres vendrías con sus hijos para hablar de superación, y enseñar valores.

Pero solo era hipocresía porque jamás dejaban que sus hijos interactuasen con aquellos vagabundos, recordaba la cara de despreció de un tal Hyuuga, cuando hacía unas minutos hablaba sobre aceptación y tolerancia. Cualquiera aceptaba a un niño bien vestido, no a un adefecio como él. Brincó uno de los cuerpos que estaba ahí, tirado y drogado. Apestaba. Hizo un gesto de desagrado, saltó entre ellos. Tenía hambre, y por primera vez querría comer algo diferente que no fuese algo sacado de la basura, o tener que pelear por él. Miró los estantes de una panadería, anhelando entrar y simplemente comprar un pan recién horneado.

Una niña se acercó a él, blanca con hermosos ojos perlado, trató de saludarlo y ser gentil. Pero inmediatamente su padre se la llevó, haciendo un comentario despectivo hacia su persona. Y Naruto estaba muy acostumbrado, se acercó nuevamente a la panadería, listo para entrar...

-Si robas pueden castigarte. --escuchó a alguien hablar, la vocecita odiosa le hizo caer al suelo, y su plan de vio frustrado, fulminó con la mirada aquella persona que acaba de interrumpirlo, Naruto estaba harto de ese tipo de comentarios, estaba dispuesto a propinarle un golpe a aquel chiquillo, por haberse atrevido a interrumpirlo, entonces el niño se acercó y extendió sus manos, sosteniendo una bolsa de papel que parecía la envoltura de aquella pandería. -toma, me lo regaló el señor de la panadería. Lo suponía. Ven a un niño bien vestido y piensan que esta perdido, ver a un niño con hambre y solo lo miran como peste.

Lo miró de arriba abajo. El pequeño, al contrario que él, estaba bien abrigado, un pantalón irlo y cuello de tortuga, además de una bufanda bien hecha, nada que que ver con la que el portaba que no era otra cosa que un pedazo de pantalón roto que se había robado por ahí. Para poder abrir el cuello. Piel blanca, igual que la otra niña, y unos ojos de un gris tan profundo que se parecía con el negro. Nariz fina, puntiaguda, y una excelente aroma.

-No necesito tu lastima.-lo miró por encima, con desprecio.

-¿Qué es lástima? -preguntó el niño, sin comprender el gesto.

-Ah, eres un crío. Es cuando miras a una persona con asco, pero solo le das algo para sentirte mejor contigo, no porque quieras.

-Pero tu no me das asco. -comentó el niño.-y yo también quiero comer de este pan..... Me van a regañar por dártelo.-agregó. -¿Cómo le llama eso?

Alcohol, cocaína y otras adicciones (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora