Un poco del pasado

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Le tomó un tiempo, bastante convencerlo sobre el hecho de subir a la parte más alta del hotel
-Ni siquiera se como te llamas. ¿Cómo puedo confiar en tí? -preguntó el pequeño niño asustado, sosteniéndose con fuerza de los barrotes, a diferencia de Naruto, ese niño no era tan atrabancado, no es que no fuese agil. Le sorprendía que un niño de ciudad pudiese hacer eso, es solo que quizás era muy pequeño para realizar ese tipo de actividades.
-Vamos gatito. Soy Kurama. ¿Vale? -mintió Naruto descaradamente. Y probablemente el niño lo sabía, y aun así lo seguía. -Te prometo que valdrá la pena. El mayor le ayudó a subir, se sostenían de los tubos fríos helados. El metal corroído cubierto por una pintura barata, apestaba a óxido. Dejaba las manos d e ambos impregnadas de un color naranja y marrón. Todo tuvo su recompensa cuando llegaron hasta la cima del hotel donde estaba alojado. No era el lugar más alto, a decir verdad, estaba rodeado por edificios y la vista no era maravillosa. Pero si podrían apreciar el techo mejor que a través de una ventana con un diminuto balcón.
Para el pequeño, fue asombroso. A su corta edad, no fue necesario montar unas sabanas o algo para mirar el techo, no hacía falta.
Naruto se encontraba sentado con aquel niñito en el techo del hotel, lo habría convencido de subir al tejado a ver la estrellas.
-No veo nada. -dijo el niñito. A lo que el rubio hizo un pequeño puchero, bueno. En las películas había visto que si subían al techo verían las estrellas. -¿Cómo son las estrellas?
-Son puntos luminosos. Igual y no las ves porque la luna es demasiado brillante. -dedujo el mayor.
-Es muy bonita.
-Igual que tú.-Naruto se puso rojo con su comentario. -bueno, tu eres un varoncito. No es que seas bonito. Solo
-No me gusta ser bonito. -musitó por lo bajo con la voz llorosa, a punto de llorar.
-¡oye, oye! No llores, ser bonito es bueno
-No, no es cierto. La gente le gusta hacer... le gusta tocarme, odio ser bonito. -Naruto abrió y cerró la boca, de inmediato tomó al niño entre sus brazos para que no llorara. Lo trajo a pasar un buen rato, no a que tuviese un mal momemnto
-a mi me gusta tocarte. -le dijo Naruto. -eh gatito.
El niño lo miró con sus enormes orbes negros, y por ese momento, ignoraron todo a su alrededor. Entonces el más pequeño se acercó y con sus tiernos y suaves labios, besó castamente al rubio, quien quedó en shock. ¿Un beso? Realmente esa cosita tierna e inocente le estaba besando. Se separó con un sonrojo en los labios, y un hormigueo en la lengua. Incluso había tocado su lengua con la él. Ese pequeño bastardin había robado su primer beso.

Naruto abrió los ojos de golpe. Se había quedado dormido, se giró para todos lados, evidentemente en algún punto de la noche había abandonado a su pareja y estaba dormido afuera de la recamara, a mitad de la sala. Tal cual un maldito ebrio. Solo que no estaba ebrio, si no perfectamente sobrio, y un poco deshidratado quizás. Porque se había asegurado de amar a Sasuke toda la noche y parte del día siguiente, ahora ese pequeño azabache estaba dormido. ¿En donde demonios estaba dormido?

La recamara de el menor estaba arruinada. Lo habían hecho en todas partes. Incluso el pene le dolía, su pareja estaba tan estrecha que le había estrujado el pene tan deliciosamente que le rozaba, incluso sus testiculos le dolían.
Aunque si a él le dolía el pene, significaba que el culito de su pareja estaría por mucho peor.

Se llevó una mano a la cabeza, buscando a su pareja por todo el departamento, y lo encontró metido en la tina en el baño, recordó entonces que en algún momento de la noche, cuando lo desmayó por tantos orgasmos, se ofreció a limpiarlo, claramente se lo volvió a hacer hasta desmayarlo.

Pero la culpa la tenía él. ¿Por qué demonios le dijo que lo amaba? Eso no hizo más que calentarlo. Prenderlo.

Estaba empezando a considerar que se estaba haciendo adicto al sexo, porque con los recuerdos vio que tenía otra erección. Y de no ser porque poseía un poco de cordura, que lo menos que necesitaba era hacerle daño a su pareja, se lo habría hecho de nuevo. Lo llevó a la recamara, benditos los medicamentos que consumía que en ocasiones le ocasionaban un sueño pesado.
Naruto pasó las manos por la nuca de este, le satfiscía ver su cara de felicidad y relajación. No iba a preparar el desayuno, pediría algo a domicilio. Se preguntó que pequeña posibilidad de que Sasuke y el niño de su infancia fuese la misma persona. Edad, rasgos.
Lo unico que los diferenciaba es que el el pequeño niño de sus sueños, a diferencia de este. Tenía un padre estricto, pero no un mounstro como el padre de Sasuke.
Conocer las vulnerabilidades, los miedos, hizo que Naruto pensase en lo pesado y nuevo que era todo esto para incluso para él como militar, y de verdad, desde que ponía toda su atención en el Uchiha sus crisis disminuyeron bastante, sin embargo. Las pesadillas de este, sobre herir y torturarlo aumentaban. Y en parte por eso era en ocasiones tan compresivo, porque aunque en este momento no hiciese nada al respecto. La culpa por soñar con herirlo, incluso abusar de él, era enorme. Despertar a mitad de la noche con las sabanas llenas de semen, después de soñar como lo forzaba y golpeaba, era enfermo. Y uno de los principales mounstro de los que tendrán que defenderlo, era de él mismo.

Alcohol, cocaína y otras adicciones (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora