Once años

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Naruto llegó después de un día cansado, a sus once años. Boruto lo trataba como si fuese un extraño más en la casa, sin correr a abrazarlo, a diferencia de Himawari, quien era la adoración de su padre. Quizás la única persona a la que Naruto podría sonreírle un poco. Seguramente es porque ella es inocente y no ve la indiferencia de Naruto hacia Hinata. Pero él ya es un adolescente, es capaz de distinguir abiertamente lo que son las muestras de cariño, de un simple acto de hipocresía.

— Buenas noches. —saludó Naruto al llegar. Con enormes ojeras.

—Hola Hinata. —saludó él. Naruto le dio un beso en la frente, veía la mesa siendo acomodada por su hijo Boruto. Naruto se refugió en su trabajo. Si, había progresado. La vida era bastante buena. Pero su problema de agresividad no desaparecía, y Hinata era consciente de eso. La. Única persona que pudo controlar a Naruto, fue el propio Sasuke. El único que era capaz de controlarlo, de hacer que se detuviera. ¿Por qué le hizo eso? Tantos años. El psiquiatra de Sasuke, desapareció por completo. No han sabido de Kabuto, Orochimaru quien era su gran compañero, tampoco ha sabido de él en años, quizás lo compraron. Realmente no tuvo idea, se acordó del intento de suicidio que tuvo Sasuke en el evento, pero claro, también le dijeron que estaba psiquiatrico.

Todo apuntaba que el Uchiha le mintió. Pero no estaba en paz.

No ha visitado el departamento, el cual dijo que vendió. Los departamentos que compró para él y para Sasuke, una enorme mentira. Era su nidito de amor continuó intacto. Porque en algun momento, anhelaba que Sasuke volviese a su lado. Que lo perdonara, y le diese una segunda oportunidad. Porque Naruto sentía que abandonaría todo si el Uchiha se lo pedía, a veces el sentimiento de anhelo era demasiado grande. Por las noches, se quedaba complemente dormido bajos los efectos del clonazepam, 3 pastillas para no tener que seguir pensando en lo falso que se sentía.

—Quizás si estoy obsesionado. — se dijo Naruto. No se había atrevido a ir al departamento, de hecho lo había vendido. Y toda presencia de Sasuke se había esfumado. Aun tenia los pequeños proyectos. Toda la vida continuó. Recuperó un poco de dinero, un poco comparado con todo lo  que perdió, estuvo en la cima, antes de los treinta y ahora estaba cerca del precipicio, no tenía la paciencia para lidiar con las personas como antes. Todavía ríe cuando al poco rato de los sucedido, del desfalco, vio a Sakura con un bebé en brazos se quedó boquiabierto.

Ella soltó  una risa nerviosa.

— Una vez, comenté con Sasuke sobre el hecho de que me ayudase a tener un hijo. No te dije —en realidad, era uno de los estudios. Se supone que bajo los medicamentos no se puede concebir, pero tocaba un estudio... así que, dado que no tengo futuro con los hombres, estoy envejeciendo, decidí intentar algo. —ella confesó.

—Es.... Se parece demasiado.

—Supongo que sí.... Realmente es bonita. —es lo que dijo. —Y es igual de inteligente que él... dios, esta niña aprendió a leer desde los 3 años. —dice. —creo que, como urgenciologa, tal vez no encuentre el éxito de muchas cosas pero esta niña es mi vida... y creo que ya lo he superado.

—Felicidades Sakura.

—¿Crees que venga?

Ella negó con la cabeza.

—No se ha aparecido en años. Ni siquiera para darnos algo, y no hay manera de contactarle. Creo que así es cuando alguien se quiere desaparecer. Lo último que vi de él, es que le vieron en un restaurante en Vienna, hasta ahí... —dice ella. —alcoholizado. —la voz decepcionada. —pero tengo mi hija, y quiero dedicarme a ella.

—Te deseo lo mejor. Siempre podrán contar conmigo para lo que sea.

******

Karin acudió a visitar a sus sobrinos. Realmente tenía mayor gusto por conocer a la hija de Sakura, a quien esta, le permitía ver sin problemas. Vaya, que ella era la tía rica que consentiría a sus sobrinos, ahora tendría que también ver a los hijos de Naruto, los cuales.

Alcohol, cocaína y otras adicciones (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora