Te he encontrado

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Me levanté temprano. No estar en mi cama, en mi casa y después de todo lo sucedido a penas había podido dormir. Denis estaba junto a mí. Nos habíamos quedado dormidos juntos y así seguíamos. Dormido parecía aun más un ángel. Mi ángel. Él que había llegado a mi vida para salvarme. Para ayudarme a resurgir. Salí de la cama en silencio. Cogí mi móvil y bajé al salón para poder leer todos los mensajes que Marcos me había estado dejando durante toda la noche. Había pasado de insultarme y amenazarme a pedirme por favor que volviera a casa. Me sentí mal a pesar de todo. Teniendo el móvil en las manos justo empezó a sonar. Era él de nuevo. Durante la noche me había llamado 56 veces. Creo que él tampoco había pegado ojo. Me sentí aun más mal por ello.

— Hola..— le hablé flojito pues no quise que Denis se despertara.

— ¿Porque susurras? ¿Está él contigo? ¿Quién es?—

— Marcos por favor, tienes que parar. Ayer me hiciste daño y me engañaste, llevas tiempo con Rocío, no fue solo una vez—

— Cielo, sabes que te quiero, que eres el amor de mi vida. Anoche... me cabreaste mucho y lo siento—

— No quiero perdonarte—

— ¿Estás con otro?—

— No...— No podía decirle la verdad.

— ¿Y quién es él?—

— Marcos por favor, habla mañana con mi abogada y búscate tú a uno. Cerremos ya esta etapa. No tendrás que esconderte más para estar con Rocío—

— Deja ya en paz a Rocío joder. No me importa nada, solo me la follaba y ya está. Joder tu y yo... hacía mucho que no teníamos sexo y...— Que lo admitiera me dolió. Pero lo agradecí.

— ¿Me tiene que servir esa excusa?—

— No siento nada por ella—

— Marcos, voy a colgar— suspiré agotada.

— No te atrevas—

— Si me quieres, si de verdad me quieres déjame por favor, no lo soporto más—

— Tu eres quien se ha ido de casa—

— Lo sé... Marcos. Me .... Me pegaste— Hubo un pequeño silencio.

— Me pusiste muy nervioso, creí que te perdía—

— Y lo has hecho—

— No... son mas de veinte años juntos cielo—

— Por favor— le supliqué con lágrimas en los ojos— Necesito que me dejes ir—

— Nunca.— Suspiré y cerré los ojos. No... no podía seguir hablando.

— Intenta descansar, en tres horas entras a trabajar—

— Si me echan será tu culpa—Le colgué, porque sabía que todo lo que fuera a decirme a partir de entonces iba a ser hiriente.

Me asusté al ver a Denis apoyado en el umbral de la puerta. Me sequé las lágrimas con el reverso de la mano y le miré... avergonzada.

— Perdona no quería asustarte—

— Tranquilo— le respondí.

— ¿Todo bien?—

— Se ha pasado la noche sin dormir llamándome y ... bueno eso le ha desquiciado y...—

— ¿Otra vez excusándole?—Suspiré. Denis alargó su mano y yo sé la cogí. — Vuelve a la cama— me dijo.

— Es que no puedo dormir—

Mi silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora