A la mañana siguiente Claudia no paraba de echarme miraditas mientras desayunábamos. A Pablo lo había dejado en la cama, Rubén también seguía durmiendo.
— Si quieres decir algo dilo— le dije.
— No no... — dijo entre risas.
— ¿Qué, tanto se me oyó?—
— Un poquito— aunque por su cara supe que ese poquito en realidad era mucho. Me puse roja— me alegra ver que retomas tu vida—
— A esto no se le puede llamar retomar mi vida. Claudia, tenemos ya una edad y ellos son unos crios—
— Tampoco hay tanta diferencia... 10 años—
— 13— Le dije.
— Pues trece. También me llevo años con mi marido y no dices nada— Lo pensé unos segundos y tenía razón.
— Pues tienes razón—
— Aja... lo sabía—
— No importa... ahora es porque estamos en Ibiza—
— Si si.. lo que pasa en Ibiza se queda en Ibiza—
— Mas o menos...— respondí entre risas.
Por la noche, tras cenar algo y ducharnos, Claudia y yo poníamos la habitación patas arriba para encontrar el modelito perfecto para la noche. Entre las ropas que no habíamos traído y que habíamos salido de compras esa tarde, teníamos entre las dos, más de diez vestidos sobre la cama.
Yo al final me tumbé sobre ellos, en bragas y sujetador, frustrada. Claudia había elegido uno azul marino, estrecho, con escote en la espalda y por encima de las rodillas.
— No voy a ir— Dije ofuscada.
— Que si...—
— Que no—
— Es una fiesta para mayores de 27 años... no vamos a desentonar—
— Yo creo que si— le dije.
Llamaron a la puerta.
— ¿Puedo pasar?— La voz de Pablo.
— Pasa— respondió Claudia.
Entró y me vio a mi tumbada sobre la cama, ni me plantee taparme, la noche anterior había visto mucho más de mi.
— ¿Aun así preciosa?— dijo al verme.
— No quiere ir— le dijo Claudia mientras seguía poniéndose rímel.
— ¿Porqué?— me preguntó a mi, pero en mi lugar respondió Claudia.
— Se ve vieja...—
— Ven—- Pablo agarró mi mano y me levantó de la cama— Si nos disculpas Claudia— le dijo. Claudia salió de la habitación.
Pablo me agarró del culo y me sentó sobre la cómoda. Abrió mis piernas y se acomodó entre ellas. Como la cómoda era alta, yo quedaba justo a la altura de su boca.
— Todo está en tu cabeza— dijo.
— No lo creo—
— Mírate—
— Por eso mismo no quiero ir—
— Pues mírame a mi— dijo señalando su entrepierna. La tenía abultada. Estaba excitado— Solo por verte en ropa interior ahí tumbada...—
— Pablo no...—
— ¿Necesitas que te folle otra vez para que te sientas sexy y capaz igual que anoche?— Me sonroje y excité al mismo tiempo.
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Mi silencio.
RomanceSINOPSIS Julieta es una mujer casada con dos hijos y una vida perfecta a los ojos de los demás, pero nadie sobre lo que sus ojos callan. Mi silencio habla de amor, desamor, sexo, deseo, miedos y de mucha soledad. Esa soledad que sentimos aunque este...