Segundas oportunidades

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No me había imaginado que aceptar ese Hotel iba a suponer tanto trabajo. No hablo de pasar un rato al día en las oficinas que Denis tenía en el pueblo y en las que me dio un despacho. Hablaba de tener que bajar todos los días al hotel, una reunión tras otra. Noches durmiendo en el hotel porque acababa pasadas las 12 y a las seis de la mañana tenía otra reunión. Estaba agotada y a penas había visto a Denis, a Max o a Adam. Pero... me gustaba y me sentía mal por ello.

Un mes después tras haber aceptado el Hotel y haber hecho los primeros cambios, se hizo una sesión con la prensa para darme a conocer. Estaba muy nerviosa. Contraté, bueno, lo hizo Denis, una estilista en imagen que vino al Hotel, a la que era ya mi suite, a vestirme y maquillarme. Quería parecer una mujer de negocios, pero no muy seria. Eligió un traje color coral, con falda y blazer. Con una camisa blanca debajo y unos botines a juego. El pelo recogido en una coleta alta. Ella quería un moño, pero no quise. Quería que mi sello de intimidad fuera mi coleta alta de caballo.

Denis apareció unos minutos antes de yo tener que salir a pronunciarme. Me sudaban las manos.

— Aquí está mi chica favorita—

— ¿Tienes más?— Le dije. La chica que me había estado maquíllanos, Gloria, nos miró de reojo y se fue disimuladamente. Nos quedamos solos.

— Bueno... pero eso solo lo sabes tú, porque eres mi favorita— dijo sonriendo. Y plantándome un beso en los labios.

— Estoy nerviosa—

— Lo harás bien—

— ¿Tu crees?—

— No lo creo, lo sé... hoy por fin el mundo va a saber quien está detrás de todos estos cambios y este fin de semana en la inauguración... todo será un éxito—

Habíamos cerrado el Hotel, bueno lo había hecho yo. Me dijeron que era arriesgado, pero quería un cambio de imagen y con clientes dentro no lo iba a hacer. Principalmente porque la imagen que yo quería dar, con obras de por medio, no iba a poder ser.

Había sido un mes largo y duro pero... me gustaba el resultado.

Evidentemente contraté una chica para todo el diseño, yo tenía algunas ideas pero no era una experta. Me la recomendó Denis y había hecho muy buen trabajo.

La Reunion-Entrevista fue bien, al menos hasta que hicieron la pregunta que tanto me temía.

— Corren rumores de qué vas a casarte con Denis Álvarez — Le miré de reojo.

— Por eso se llaman rumores— dije.

— ¿Es por eso que te ha comprado el Hotel? —

— ¿Insinúas que no estoy preparada?— Le respondí un poco de mala gana aunque sonriendo.

— Solo digo que a vistas que nunca habíamos oido hablar de ti y que ahora te hagas cargo del mejor hotel de la capital y posible candidato al mejor hotel del país... —

— ¿Estas casado?— Le pregunté saliéndome de todo el protocolo que habíamos acordado mis asesores y yo.

— Egh...si— dijo finalmente.

— Tendrás una invitación personal mía para ti y tu pareja para la inauguración. Quizá debas ver por ti mismo las cosas y no escuchar tantos rumores— Vi que mi mano derecha empezaba a temblar— Si me disculpan...—

Empecé a caminar en dirección a Denis que me esperaba junto a la puerta. En cuanto la cruce solté aire de golpe.

— Si no hubiera tanta gente a nuestro alrededor te aseguro que te desnudaría y te haría el amor aquí mismo— dijo. Le miré y sonreí. Aunque seguía temblando.

Mi silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora