La llamada

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Me fui antes de que la noche acabara. Me dio miedo quedarme cerca de Marcos después de haberle pegado. ¿Y si me pegaba? En esos momentos sentí mucho miedo. Volví a sentirme la Julieta tonta que vivía con Marcos, la que estaba sometida.

Como Francis estaba en la puerta, esperando en el coche, me acerqué a pedirle las llaves. Lo pillé mirando una película en el móvil.

Crucé la calle y subí al piso de Denis. Me deshice del vestido, me lavé la cara y me metí en la cama. Estaba agotada. Le escribí un mensaje a Denis y le dije que ya estaba en la cama, para que quedase tranquilo. No me atreví a decirle nada, lo conocía e iba avenir a verme y a decirle cuatro cosas a Marcos y estaba con Hyo. No me respondió, estaría durmiendo con Hyo en brazos. Le conocía y le costaba mucho dejar al pequeñín en la cuna.

Me dormí bastante rápido a pesar de que la cama me daba vueltas. Pero me despertó un rato después mi móvil sonando.

Era Pablo.

— ¿Si?— dije con la voz ronca.

— ¿te has ido sin despedirte? ¿Después del favor que te he hecho?—

— Ya no podía más— le dije.

— ¿estás bien?—

— Si... solo algo... borracha—

— He visto lo que ha pasado con Marcos...—

— Oh... bueno... esta todo bien—

— ¿Tienes miedo verdad?—

— Aquí no puede cogerme...— dije.

— ¿Dónde estás?—

— EN un piso cerca de mi hotel...—

— Genial... porque son las ocho. Hora de desayunar. Tu hijo y Eloi ya se han ido y yo... tengo hambre—

— NO voy a bajar a desayunar—

— ¿Bajar? Puedo subir yo si quieres..—

— No es buena idea—

— Dime donde—

— No... Pablo... mejor que te vayas—

— Me debes una... —

— ¿Y tu petición que es? ¿Desayunar conmigo? ¿Así quieres gastar tu favor?—

— Si... así quiero. — Resoplé.

— En ese caso.. ya bajo yo.. déjame que me vista de nuevo—

— Aquí te espero—

Volví a ponerme mi vestido rojo. No tenía más ropa. Pero me hice una coleta y además iba sin maquillar pues me había lavado la cara.

Bajé con los zapatos en la mano pues ya me dolían los pies. Y caminé descalza por la acera hasta que le vi.

— ¿Descalza y sin chaqueta? ¿Qué quieres caer enferma?

—Mira igual así descanso un poco—

— Vamos... voy a llevarte a un sitio—

— ¿No querías desayunar?—

— Si pero aquí no—

Me subí a su coche que estaba cerca aparcado. Él encendió la calefacción enseguida y lo agradecí.

—¿Te gusta la carne a la brasa?—

— Si pero... ¿A estas horas...?

— Tengo que ir a buscar a mi madre y a sus amigas de la fiesta y las tengo que llevar a una barbacoa que ha organizado otra amiga suya casada. Las solteras salen y las casadas se quedan a preparar el desayuno. Todos los años lo hacen así, es tradición. Organizan la primera barbacoa del año y desayunan pan con tomate, butifarra y panceta.

Mi silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora