❄️ AMOR SOBRE HIELO ❄️ || Yoonmin || ~Omegaverse~

❄️ CUATRO ❄️

(Narra Yoongi)

Me levanté muy temprano aquella mañana. Era el día del campeonato y no pretendía ir.

Toda la noche no pude dormir bien, pensando en como escapar de este maldito problema sin que mi padre se de cuenta, intenté abrir la puerta de mi habitación incontables veces, pero en todas fallaba, intenté amarrar sábanas y salir por la ventana, pero habían guardias por todo el jardín. Al final, ninguna de mis ideas funcionó.

Escuche cuando mi padre quitó el seguro de mi puerta y fue cuando aproveche para levantarme e irme de este maldito lugar. Tome el maletín donde tenía mi equipo de hockey, para fingir y así poder escapar más fácil.

Pero parecía que la madre luna estaba en mi contra.

- ¿A dónde vas tan temprano? - Escuché la voz de mi padre a mis espaldas cuando iba bajando las escaleras.

No me volteé y trate de retener mi aroma, para que él no sintiera mis nervios, ya que mi padre es un Alfa demasiado imponente y sabe cómo controlar mi maldita vida.

- Al complejo, necesito entrenar antes del campeonato - Respondí.

- No pretendías escapar, ¿Verdad Yoongi? - Al escucharlo me paralice.

- ¿De que estás hablando? - Terminé de bajar, escuchando sus pasos detrás de mí.

- No intentes hacer una estupidez Yoongi, sabes de lo que soy capaz. Debes cumplir con lo que prome...

- Yo no te he prometido nada - Me volteé con rabia - Tú me estás obligando hacer algo que no quiero - Estaba tan furioso, que estaba a nada de rozar mi voz de mando y si hacía eso, todo se pondría mucho peor.

- Bien, como sea - Le resto importancia, como siempre hacia - Pero te advierto Yoongi - Uso ese tono amenazante - Si no haces lo que te digo, haré que lamentes haber nacido, ¿Entiendes?, Quizá los hijos de tu querida nana la lloren un tiempo.

Abrí enorme mis ojos al escucharlo, debía estar bromeando, ¿No es así?, Él... No sería capaz...

- ¿De que... Estás hablando? - Pregunté con incredulidad, aún sabiendo a lo que se refería.

- Oh vamos Yoongi, no te hagas el idiota, sabes a qué me refiero. Solo debes cumplir con lo acordado y tu nana vivirá feliz el resto de su vida, te lo prometo - Alzó la mano - Pero si fallas... No volverá a sonreír jamás.

El maldito viejo se volteó para subir al tercer piso y antes de desaparecer de mi vista, se detuvo y volteó a verme. Sus ojos me decían mil cosas, tantas que no pude descifrar.

- Nos iremos en tu auto, el mío se dañó anoche. Así que esperame - Siguió su camino.

Sentía tantas emociones en mi pecho, que quería gritar de impotencia, sentía rabia y mi lobo interno le gruñía con odio cada que actuaba de forma dominante sobre mi. Detestaba como nadie, saber que ese hombre es mi padre, que llevo su sangre.

No tenía opción, ahora me encontraba entre la espada y la pared, algo me decía que si no hacía lo que me dijo, cumpliría con su palabra y mi nana pagaría las consecuencias. No quiero arruinar la vida de mi nana y sus hijos por mi culpa.

- Maldito viejo de mierda - Susurre con rabia.

Lo espere alrededor de media hora. No entendía porque debía ir conmigo en mi auto, hay más, ¿Por qué el mío?, Me preguntaba, solo rogaba que no se haya dado cuenta del equipaje y aunque esto me daba ventaja, ya que tendré mi auto por cualquier cosa, no es que me alegré saber que el miserable de mi padre andará pegado a mi.