𝑪𝒂𝒑.35 (𝑼𝒏 𝒔𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐 𝒂𝒃𝒓𝒖𝒎𝒂𝒅𝒐𝒓)

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“ Angie, Martina ”

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“ Angie, Martina ”

Previamente:

— ¿Señor se encuentra bien?___ le pregunté intentando saber dónde ponía mis manos y lo escuché quejarse.

— Creo que la nariz me está sangrando.

— Dejé busco mi pañuelo___ metí la mano en mi bolso esperando poder encontrarlo a tientas, y al sentirlo busque la cara del hombre, he hice un poco de presión.

— Esa es mi nariz, gracias ___ sonó mas relajado.

— Descuide señor, ahorita veré que lo lleven al doctor___ le dije y este puso su mano sobre la mía para presionar un poco más el sangrado, fue de inmediato cuando todo se fue aclarando y poco a poco pude ver partes de su cara con claridad.

— No puede ser___ dijo él mirándome a los ojos y lo mire confundida pues por el pañuelo no le podía ver bien los gestos, este dejo caer el pañuelo poco a poco y sentí un escalofrío recorre mi cuerpo cuando me mire en los ojos de Juan Pablo Isaza.

🔸RELATA ANGIE:

Estábamos de frente mirándonos en shock, aún mis ojos no podían darle el mensaje a mi cerebro que estaba ahí conmigo, pero mi corazón latía con fuerza mirándolo allá, ¿Que es esto?, ¿Y por qué siento que estoy viendo a un fantasma?.

— Angie___ dijeron sus labios, y ahora estaba convencida de que era él. No podía verme así que no puedo asegurar cuál era la expresión de mi cara pero me jodia sentirme así, y todo el tiempo que le lloré a una tumba vacía, todas las veces que lo espere, toda la tristeza y el enojo se habían ido y solo quería abrazarlo, abrazarlo y no soltarlo jamás.

— ¡Angieee!___ salí del trance y de inmediato observé a Alejo correr por la orilla mientras la góndola se acercaba a esta.

— ¿Se encuentran bien?___ nos preguntó el hombre que también había caído de la góndola acercándose para detener está.

— ¿Tú estás bien?___ la voz de Isaza estremeció y asenti en silencio, tenía tanto que decirle.

— ¡Oh dios mío!___ grito Alejo corriendo hacia nosotros y abrazándome con fuerza___ ¿Estás bien?, ¿Te lastimaste?, ¿Estás herida?, ¿Te duele algo?, ¡Dime, dime porfavor!.

— ¡Estoy bien Alejo!, Me asfixias___ le dije y me soltó de golpe aliviado.

— Señor una disculpa, ¿Usted se encuentra bien?___ preguntó Alejo a Isaza y él asintió sin quitar la mirada de sobre de mí. El hombre encargado del viaje nos pidió que subieramos a tierra firme, Isaza me dió el paso para subir por las escaleras primero pero negué y le dejé el camino libre.

" 𝙋𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙖𝙨 𝙫𝙚𝙘𝙚𝙨 " | 𝙅𝙪𝙖𝙣 𝙋𝙖𝙗𝙡𝙤 𝙄𝙨𝙖𝙯𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora