En la actualidad.
Nath está recostada sobre el pecho de Simón, dándole vueltas por milésima vez a todo lo que ha pasado.
El olor de ese hombre que ama es lo único que la mantiene cuerda, para no recordar que ella pudo ser Susana. Que estuvo en una relación abusiva y salir fue imposiblemente duro. Sube los ojos y mira a Simón, que se está cayendo de sueño, pero se niega a dormirse hasta que no esté seguro de que ella está bien, así que solo está tocándole el pelo con dulzura.
- Duérmete, bebé – Le dice ella mientras le toca la cara
- Está bien. Dormimos como 16 horas seguidas. No sé por qué tengo tanto sueño
- Estábamos muy alterados anoche. El estrés hace cosas muy raras en el cuerpo – Indica ella
Él deja un besito en su cabello, pero se queda tercamente despierto, velando por su tranquilidad.
La fiesta se terminó pasada la medianoche. Ellos volvieron a casa y luego de llamar a todo el mundo se metieron a la cama y no han salido desde entonces.
La magia de estar juntos y poder amarse parece más relevante ahora que nunca antes.
Nath sabe lo afortunada que ha sido cuando Simón la estrecha contra él, como si supiera exactamente lo que está pensando.
Por eso, la primera vez que el celular de ella suena, piensa en dejarlo pasar y no moverse. Pero puede ser algo importante, así que se estira a regañadientes y atiende.
- ¿Villa? – Pregunta con sorpresa, porque aunque se lleva super bien con él, es raro que la llame.
Más raro aún es que la esté llamando luego de todo lo que pasó.
- Hola, Nath – La saluda la voz de Villa del otro lado. Ella se sienta de un tirón
- ¿Estás bien?, ¿Necesitas algo? Le dije a Martín que no debió dejarte solo, pero tu insistías e insistías, y ese rollo de mierda que traes con la privacidad y que estos cabrones te respetan. Ahora podrías estar con un pulmón perforado y vomitando sangre y nadie lo sabe y...
- Cielo, respira – La interrumpe Villa
Nath deja escapar una exhalación cuando se da cuenta que dijo todo ese discurso con un solo aliento y casi se ahoga.
- Lo siento. ¿Estás bien?
- No – Responde él sinceramente. Ella se da un golpe en la frente
- Que estupidez de pregunta, Nathalia – Se regaña a sí misma - ¿Qué necesitas, bebé?
- Bueno, para eso la llamaba... – Empieza a decir Villa, pero titubea
- ¿Qué pasa?
- Necesito estar borracho – Asegura él de un tirón
Nath se queda callada.
Se aleja el teléfono del oído y activa el altavoz.
- ¿Cómo dices?
- Necesito estar borracho – Repite Villa
- Yo...¿qué? – Repite Nath
Pero Simón lo entendió mejor.
- ¿Los tequilas de Nath o compramos guaro? – Verifica Simón
- Lo que sea – Responde Villa con un suspiro de alivio
- Estamos en su casa en una hora.
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Primeras veces
Fiksi Penggemar¿Cuántas primeras veces le puedes dar a una persona antes de que su marca se haga imborrable? Ella está dispuesta a tensar la cuerda solo para compartir esas primeras veces con él. Él habría hecho cualquier cosa que ella le pidiera. Hasta que no lo...
