꧁CAPITULO 30꧂

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El silencio gobernó después de aquel grito, los más jóvenes quedaron atónitos, en completo silencio sin que decir, aparte no dirían nada si su madre no se los permitía, no solo eso, tampoco conocían a esas personas.

Los más pequeños miraron a sus dos hermanos mayores, tenían una mirada sería, celos fruncidos y fácilmente podrían notar que se encontraban tensos. Miraron a su madre quien parecía estar acompañando paciencia, sabían que el azabache era de poca paciencia.

Imnhala, exhala—repetía Jahleel tratando de que su portador y amigo tuviera la suficiente paciencia

"Eso estoy tratando de hacer Jahl, voy a tener mucha paciencia, por más que haya gastado ya bastante" respondió mentalmente

Dio un gran respiro para seguidamente soltar todo el aire, vale el no era de paciencia, y ya había gastado casi por completo toda su paciencia en esas horas, que ni siquiera se había dado cuenta que ya eran a las cuatro de la mañana.

Claro a él ni le importaba que no haya dormido, durante tres años que fue Mercenario/cazador, podía aguantar incluso tres días sin dormir, por qur muchas veces se le olvidaba el dormir, en todo ese tiempo seguía en pie a base de dos a tres horas de sueño, grandes vasos de café cargado y por Jahleel.

Aunque Jahleel le habia dicho que por ser su portador no tendria la necesidad de dormir, incluso que por los experimentos realizados en su cuerpo, podría estar un largo periodo de tiempo si probar alimento o incluso dormir.

Los experimentos que fueron realizados en el fueron más profundos y más secretos que los de los demás, si eso experimentos se comproban que saldrían bien, aquellos locos iban a vender sueros por grandes sumas de dineros. Querían buscar una forma para que los humanos ya no necesitarán cosas alimenticias o incluso horas de descanso, que los humanos se convirtieran en totales máquinas, los adultos de trabajo y más, adolescentes y niños para que estudiarán más horas, en simples palabras humanos siendo máquinas completas de trabajo y estudio.

El fue el único que sobrevivió a cada prueba, otros cuatro que habían sido utilizados murieron, pasaron días encerrados en una habitación grande, por falta de alimento y horas de descanso hicieron fallas en sus cabezas, se pelearon entre sí, arrancándose pedazos de sus cuerpos, arañazos y más, en cierta forma el estuvo en aquellas peleas, pero jamás atacó, en cambio se defendía, no queriendo lastimarlos.

Al final todos ellos murieron el quedando de sobreviviente, cubierto de sangre y sus heridas curadas por regeneración, el ni siquiera hubiera podido superar el trauma de ver a aquellos niños  atacandose y matandose entre ellos, si no hubiera sido por el albino y Asmodeus, que hablaron con el, y entre más.

Frunció el ceño y negó la cabeza, se había ido por las ramas de los recuerdos, ya había pasado años de lo ocurrido, no podía seguir y seguir dándole vueltas al pasado en su cabeza, no podía seguir recordando cosas dolorosas, traumas y más de su pasado.

Trataría de no hacerlo, por más que sin darse cuenta lo hiciera, aunque llegaría el momento en el que lo haría a las malas, ya fuera por Ori o Renata, pero más probable iba a hacer Asmodeus. El sin siquiera leer su mente, se daría cuenta de que algo le pasaba, él le conocía, conocía sus expresiones, o sabía cuándo algo andaba mal, y más si era con su persona. Asmodeus siempre fue atento, cuidadoso y cariñoso con él.

Sintió su corazón levemente acelerarse, no sabia el porque de eso, y más se confundió cuando se dio cuenta que aquello le pasó solo por recordar los abrazos y la atención que siempre le dio Asmodeus, aquel pelinegro que siempre lo trato como lo más preciado del mundo, como si fuera un diamante valioso, siempre lo trato con cuidado, siempre estaba atento a su persona. Y aunque en los días que planeaban acerca de cómo esparaian, aún así el pelinegro estuvo atento con él, queriendo saber sus miedos, preocupaciones, como se sentía y entre más.

꧁⊱Mᥱ ρᥱrdιstᥱs ρor ᥙᥒ ᥴᥲρrιᥴho̸⊱꧂[HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora