꧁⊱Mᥱ ρᥱrdιstᥱs ρor ᥙᥒ ᥴᥲρrιᥴho̸⊱꧂[HIATUS]

꧁CAPITULO 24꧂

Miro con atención a los dos jóvenes que tenía delante suyo, ambos con una expresión atónita, sin palabras. Claramente cualquiera estaría de ese modo después de lo que les contó. No todos los días van y te cuentan que Lucifer el Rey de las mentiras, de las tinieblas, amo y señor del Infierno, ha estado durante años en el mundo humano, de parranda, sin cumplí sus obligaciones, y que una de sus creaciones, o más bien hijo con un demonio femenino. Lilith, se tuvo que hacer cargo durante esos años del Reino Infernal. Aumentando el hecho de cuidar y velar que los siete príncipes infernales no hagan estupideces.

Sin embargo, el pobre de Zalgo no podía con todo, y durante cinco años, según por lo que se enteró por sus fuentes, muchos demonios habían escapado del infierno. Ya habían más demonios entre los humanos, causando atrocidades, y al parecer ese tema tambien lo ligaba a el y a Asmodeus. Tanto él como el de ojos malva tenían que poner manos en el asuntos, como portadores de los dos dragones míticos, que fueron creados para el equilibrio sobrenatural, entre el mal y el bien, tenían que hacerse cargo.

El no contó esa parte, solo contó sobre lo de Lucifer, no quería alamarlos y meterlos en algo de alto riesgo. Se había jurado que los protegeria, y lo cumpliria, después de todo, planeaba hacer aquel ritual/hechizo, el mismo que Rowena había hecho con él. Apenas él acabar con aquel ritual con cada uno. Obtendrían algunos rasgos físicos de él, pero el haría fluir su propia magia, para que también conservarán algunas cosas.

La sangre de cada uno cambiaría por la de él, haciendo que entre ellos sean ya hermanos de sangre, y el su progenitor oficial ante la ley sobrenatural, y ante la Madre Magia, y ningún ser sobrenatural podrá negar aquello.

Sus cachorros claramente vendrían siendo los príncipes si el subía al trono como Rey, pero él no quería que en los hombros de ellos cayera tanto peso. Se esforsaria para que no realizar cosas pesadas.

Volvió su atención a Allen y Dallas, ellos eran tema aparte, por mucho que él le dijera a ambos que se relajaran, que traten de tener una vida normal, por más poco tiempo que fuera. Ellos no lo hacían, insistían en que siempre estarían alerta, para protegerlo, a él y a sus hermanitos.

En verdad lo apreciaba, apreciaba aquello, pero aún eran adolescentes, no sabían mucho sobre el mundo sobrenatural. Ciertamente habían vivido por cierto tiempo en un orfanato, y tomados de fenómenos por sus rasgos, como sus colores de cabellos y demás. Allen por su magia accidental, Dallas muchas veces tuvo conflictos para manejar su fuego, muchas veces fueron vistos por los otros niños. Y estos los tomaron como hijos de demonios, fenemenos y más.

Allen y Dallas fueron dejados a temprana edad en un orfanato, pero siemore decían que estaban muertos. Andrómeda perdió a sus padres, un incubo y una humana, ambos asesinados por cazadores. Sus padres habian hecho todo para que escapara, lamentablemente no había llegado a tiempo para salvar a los padre de la castaña. Rosett y Luka pasaron casi lo mismo que Andrómeda, en cambio, no solo perdieron a sus padres, si no a la manada completa que los habían visto nacer y crecer. Solo ellos se habían salvado, por qué tanto sus progenitores y la manada entera habían luchado para salvarlos.

Evan fue un caso distinto, era un Yokai sangre pura, pero sus padres lo habían dejado abandonado, tan solo por el hecho de no presentar sus poderes antes, ni su transformación, que había nacido 'defectuoso'. Por eso lo ha Ian abandonado en un bosque solo, sin importarles que podría morir al no saber manejar sus habilidades.

Por suerte él lo había encontrado, justo antes de ser atacado por un lobo demoníaco, agradecía haber aceptado esa misión, o Evan estaría muerto. A cada uno de ellos los había encontrado en cada misión de asesinato en su corto periodo como Mercenario y a la vez Cazador.