Estrella de mar

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Rosas en la habitación

Capitulo IV

Estrella de mar

El perfume de su almohada tú lo conoces bien
y la humedad de sus sábanas blancas también.
Que suerte la tuya
que puedes tenerlo a tus pies
sintiendo en tu boca sus besos que saben a miel...

La rubia bajo del auto casi corriendo, coloco la llave en el cerrojo de la puerta y entro de golpe, la casa era pequeña así que no tardó en llegar hasta el cuarto en donde la aguamarina se encontraba en posición fetal, sus ojos estaban rojos, hinchados y las lágrimas no dejaban de correr; miro a la rubia recién llegada, Haruka se acercó sentándose a borde de la cama, dejando que Michiru la aprisionara con sus brazos.

- Yo no estoy loca- susurro mientras le costaba respirar, la rubia la apretó contra su pecho y hundió su rostro en aquel cabello aguamarina.

- No, tu no lo estas. Pero por favor, tienes que calmarte y explicarme que está pasando, ¿Cómo puedo ayudarte si no se nada? - la aguamarina solo tomaba zancadas de aire y negaba con la cabeza.

- No puedo- dijo al fin soltándose de ella y tratando de controlar, Haruka suspiro y limpio las últimas lágrimas que recorrían las mejillas de la chica.

- Michi por favor...- suplico de nuevo Haruka quien se dejó caer en la cama con sus manos en la cabeza, tratando de comprender a la chica.

- Haruka...para mi hablar de eso no es fácil...solo necesito que nadie sepa en donde estoy, que nadie se entere que sigo en Japón y que digas en el hotel que me llevaste al aeropuerto de regreso a Londres...- la aguamarina se levantó de la cama, camino hacia el pequeño tocador y saco una fotografía, se encontraba ella algunos años más joven y al lado tres chicos bien parecidos, resaltaban por su similitud de rasgos, cabelleras plateada, negra y castaña. Todos sonreían hacia la cámara, se acerco hacia la rubia quien seguía acostada con las manos en su cabeza, se sentó en la cama y suspiro.

- Haruka...no dejes que ellos me encuentren por favor- la rubia se levantó de golpe y vio la fotografía, observo como las lágrimas de la aguamarina comenzaban a rodar una vez más. Negó con su cabeza y tomo la fotografía para observarla mejor.

- Haruka, no permitas que me vuelvan a hacer daño y te prometo que cuando esté lista te lo contare, todo...pero por favor, no me presiones, no ahora que todo el mundo cree que estoy loca- Michiru seco sus lágrimas y se acercó a la ventana mientras observaba el tranquilo vecindario.

- Michiru, yo siempre te protegeré.- hablo la rubia quien memorizaba cada uno de los rostros de esa fotografía.

XXX

Minako doblaba las toallas molestamente, miraba el reloj de pared cada minuto y su sangre hervía, Haruka no había llegado a dormir, ni siquiera se encontraba en el hotel, su móvil estaba apagado y ella no podía abandonar su trabajo para salir a buscarla.

- Vaya, alguien paso una muy mala noche- entro Rei al cuarto de servicio y observo a la rubia quien refunfuñaba entre dientes, Minako la miro indiferente y volvió a su trabajo.

- Bueno, tú lo pediste, yo te advertí que el turno nocturno era lo peor...pero pues solo restan 5 días no te preocupes...además ¿Qué haces aquí? Deberías estar en casa descansando- Minako volvió su mirada a la morena.

- Si ya sé que yo pedí ese turno, pero fue para ayudar, es decir a nosotras jamás nos tocaban este tipo de turnos y se me hacía injusto. - Dijo justificando la decisión abrupta que había tomado.

Rosas en la HabitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora