Rosas en la habitación
Capítulo XXV
El nacimiento de venus
La gente ya te conoce
Dicen que eres malo y no sé
Estoy esperando las doce
Ansiosa por sentir el roce.La noche avanzaba, miro el reloj 11:00 de la noche, busco con la mirada a la mujer que le había prometido materializar sus sueños y parecía haberse esfumado, sintió una mano tomar su brazo, voltio y se encontró con la mirada amarilla que reconocía bien, sintió un hueco en el corazón al ver que aquella mujer, la más fiel sirviente de Galaxia no vestía de animal print, su ser se llenó de vergüenza, una vez más había sido humillada ante aquella élite; Nyanko quien sabía perfectamente lo que la chica sentía al verla pues la rubia indiscretamente había pasado su mirada por todo su cuerpo como buscando indicios de alguna mancha de leopardo, le sonrió gentilmente.
-Te están esperando- dijo mientras dirigía a Minako a una habitación, ahí se encontraban dos mujeres platicando, ambas chicas entraron, las miradas de las mujeres se posaron en Minako.
-No seas tímida mi pequeña aprendiz, ella es Nehereina, trabaja para Laurel Dewitt y además es una muy buena amiga-hablo Galaxia mientras sonreía.
-Espero que la velada sea de su agrado- Minako quería gritar, correr y abrazar a esa mujer frente a ella, a pesar de que sus ingresos aumentaban considerablemente había caprichos que aún no podía costearse y lucir un diseño de Laurel era algo que aún no se encontraba dentro de sus posibilidades.
- ¡Vaya! realmente no te equivocaste es muy parecida a...- Minako rogaba por no escuchar ese nombre una vez más, no quería ser comparada de nuevo con aquella aguamarina que todos parecían alabar, pues más de uno durante la noche la había mencionado.
-Lo sé, pero no es como ella, no... Mina...mejor dicho Venus es mucho más y esta noche lo va a demostrar ¿verdad? -Minako asintió y agradeció las palabras de Galaxia tan exactas y precisas al evitar escuchar una vez más ese nombre.
Lo que no sabía la rubia es que su oportunidad de vengarse o redimirse a tantas humillaciones estaba tan cerca que podía palparla con sus manos.
XXX
-Se dice que cuando morimos la luz al final del túnel es solo el inicio de nuestra nueva vida, cierras los ojos y en un par de segundos los abres y lloras porque estas asustado, no sabes cómo llegaste ahí y no recuerdas nada, sientes impotencia y después simplemente no sabes nada, ni siquiera cómo te llamas... personas con cubrebocas y gorros graciosos te toman en brazos y te acercan a una mujer la que te presentan como tu madre, entonces tu alma se conecta rápidamente con ella por que probablemente es un alma con la que tienes historia y por eso llega la calma- Haruka sonrió al ver a la chica tan melancólica incluso estando triste, en trance o contando aquellos disparates seguía viéndose hermosa y seguía inspirando esa confianza de creer en todo lo que ella dijera.
-Tal vez nosotras... somos almas destinadas a encontrarse- Michiru la miro y sus ojos volvieron a tintinear como si de dos estrellas se trataran.
-Imagina que tal vez en otra vida fuimos justicieras, luchábamos contra ladrones y esas cosas...para proteger a todos- dijo Michiru sonriendo, Haruka negó con la cabeza y miro hacia el cielo, suspiro y cerro sus ojos acomodando sus ideas.
-eso es muy irreal, pero qué tal si éramos un par de detectives en donde tú eras la estrella y yo solo tu aprendiz y terminamos enredándonos una noche de borrachera -sonrió y fijo sus ojos en los de Michiru- después comenzamos una relación y todos en la policía estaban en desacuerdo, pero al final... después de tantos golpes de la vida... terminamos juntas superando cada obstáculo...-La rubia hizo una seña como si su mano fuera una pistola, dio un tiro al aire y soplo el humo, volvió a mirar a Michiru y le guiño el ojo- ¡me gustan los detectives!–
ESTÁS LEYENDO
Rosas en la Habitación
FanfictionLa fama tiene un precio tan alto como el mismo cielo y es aun mas alto el mantenerla a flote, eso le quedo muy claro a Michiru quien esta dispuesta a dejarlo todo por su libertad. Los personajes pertenecen a Naoko Takeuchi, la historia a una servido...