Intuición

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Rosas en la habitación

Capítulo XIX

Intuición

Ten cuidado, Ten cuidado

se escéptico de sus sonrisas, sus sonrisas

de oro cubierto, el engaño es tan natural

pero un lobo en piel de oveja

es más que una advertencia.

-Sabes... aunque la quiero mucho, a veces Mina me asusta...-Seiya miro de reojo a la rubia quien bajaba la mirada y suspiraba arrepentida de lo que estaba haciendo, no pudo sentirse más culpable.

-Se obsesiona al grado de...míranos siguiendo a Haruka, que por el camino, sé perfectamente a donde va- el no dijo nada simple y sencillamente bajo la velocidad dándole espacio la rubia quien arriba de aquella motocicleta corría como si su vida dependiera de ello.

-Bueno al menos tengo la excusa perfecta para husmear ahí- Usagi apunto la fachada de una casa que se dejaba ver entre un camino de frondosos arboles-

-Supongo que Minako por eso cuida tanto de ella... su herencia debe ser jugosa- Usagi sonrió melancólicamente-

-Minako siempre ha soñado vivir entre lujos, ella nació para ser una estrella... pero, aunque parezca increíble Minako cree que Haruka es solo la hija de un administrador de hotel y un ama de casa, yo jamás le conté nada que no fuera relevante y para mí que Mamoru tuviera o no dinero no era relevante, no lo quería ni menos ni más...- el auto donde ambos iban entro poco después que la motocicleta al fraccionamiento de lujosas pero modestas viviendas.

-Bueno ¿y ahora? - Seiya aparco a un costado de la vivienda, Usagi contemplo de nuevo aquella casa, la última vez que había estado ahí la dueña la había corrido y minutos después a su ahora ex-novio, claro la idea de llevarse a Haruka a vivir con ellos para ayudarla a superar aquella depresión que vivía en aquel momento no le había hecho gracia a la morena de ojos color rubí.

- Bombón solo esperemos a que salga y ya- se acomodó en el asiento y comenzó a inspeccionar la casa a un costado, su mirada recorría aquellas paredes color marfil, bajo su mirada para encontrarse con una ventana ubicada en lo que parecía ser el segundo piso, las cortinas blancas se encontraban semi recogidas, aquel ventanal llegaba hasta el piso pareciendo más un balcón. El ruido de la puerta del auto abriéndose lo distrajo de sus pensamientos.

- ¿A dónde vas? - llamo la atención de Usagi quien bajaba del auto valientemente.

- Voy a revisar ahí adentro, ya llegamos hasta aquí...- la rubia se encogió de hombros y camino hasta perderse entre los árboles que cubrían un poco la entrada principal, el volvió su mirada a la ventana que tiempo atrás había descubierto, entonces pudo ver aquella figura que la era tan familiar, sin perder oportunidad tomo el estuche que cargo todo el tiempo en el asiento trasero, saco su cámara acompañada de aquel enorme lente teleobjetivo color negro que tantas veces le había servido para manipular a sus hermanos, tomando fotografías de lo más íntimas haciéndose pasar por un paparazzi para luego conseguir lo que quería y no es que le faltara algo, desde hace tiempo lo material siempre estaba ahí pero su vida aún se sentía vacía, claro todo había cambiado al conocer aquella chica, desde hace 6 meses Usagi le había dado luz a algo que creía sucumbía en la oscuridad.

Enfoco con su dedo en el disparador dispuesto a capturar lo que fuera que se encontrara, una sonrisa se dibujó en sus labios mientras que por el visor de aquel moderno artefacto podía ver aquel cabello aguamarina que tanto había estado buscando.

Rosas en la HabitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora