Capítulo 3

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No soy reemplazable, ¿verdad?


—¿Qué haces aquí, Hunter? —le cuestiona Willow—, ¿no debías estar… trabajando?

—No podía perderme el espectáculo que tenían. —responde el brujo rubio.

Los demás están algo confundidos, en especial el demonio. Se supone que estaba siendo reclutado para ocupar su puesto, sólo cuando no estuviese disponible, y pensaba que ese día era uno de esos.

Y el brujo le observa con sus ojos cansados, su mirada le perfora apenas ambos se encuentran. Recibe al estudiante con una sonrisa burlesca, una ceja alzada en duda al verle tan cansado.

—¿Todo bien, demonio? —la última palabra con rencor.

Alistair nota el veneno en su voz, y no piensa dejarlo pasar así como así; puede no saber cómo hablarle al resto, pero no le pasarán por encima de ese modo, no sin luchar en respuesta.

Se levanta de su asiento, con el bastón fuertemente apretado entre sus dedos. Frunce el ceño al dirigirse al joven.

—Sí, ¿algún problema?

Los demás observan la repentina rivalidad entre los dos.

El brujo descansa su propio bastón sobre sus hombros, las manos descansando en la madera. Finge que el reto del contrario le divierte, pero por dentro la rabia surge.

No dejan de mirar al otro, entrecerrando los ojos al tiempo que muestran los dientes al fruncir la boca.

—Veamos si eres una buena opción —declara Hunter—, te reto al mismo tipo de duelo.

—¡Hunter! —les interrumpe Willow, severa en su tono—, yo soy la capitana, debes consultar esas decisiones conmigo.

—Considero que es justo, solo una entretenida prueba.

Antes de que la bruja siguiese buscando el modo de calmar la situación, el demonio se apresura.

—Acepto el reto.

Willow gruñe entre dientes, acariciándose el puente de la nariz, frustrada ante lo testarudo de ambos chicos. Estaba acostumbrada a lidiar con situaciones de ese estilo, con sus padres, ¿la diferencia? Sus padres son adultos sensatos.

Pero nada saldrá tan mal, ¿no? Son sólo dos adolescentes.

—Muy bien —acepta la petición—, si los dos están de acuerdo, tendrán un último duelo AMISTOSO.

Alistair baja de un salto, caminando hacia Hunter, al mismo tiempo que dibujaba un círculo para formar otro aro de arena alrededor suyo. Hunter le mira interesado, recordándole al estilo de cierta bruja de Abominaciones.

Se preparan igual que en la prueba anterior, pero, en esta ocasión, el demonio se muestra de distinta manera; el entrecejo fruncido, el agarre firme en su bastón y la rápida velocidad con la cual la arena orbita alrededor suyo. Hunter, por su parte, sonríe confiado en poder ganarle; en verdad es un hecho, después de todo, él se encuentra en una posición alta del imperio.

De nuevo la cuenta regresiva, acompañada del estallido.

Hunter se aparece detrás suyo en un destello dorado, al instante Alistair expande el anillo de arena, obligando al brujo a retroceder.

“Reacciona rápido y ataca de forma amplia, ¿cómo acercarme?” Hunter piensa en sus opciones.

Aquella técnica no le permite a Alistair el perder la concentración, y aún no ha podido ver su velocidad en vuelo. Pero aquello dura poco, hasta que debe huir del brujo, quien le mira de una forma trastornada, como si tuviese su propia vida en juego en aquel momento.

De plumas doradas | Hunter x Male!OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora