Capítulo 8.2

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"Continuando un par de cosas"


Luz estaba preparada para perder a Hunter por unos días, así que se permitió hacer lo mismo. Ella misma se encargaba, cada tanto, de revisar al demonio, estando más preparada para aquello, a diferencia de su madre. Cuidar de King, a pesar de que era un titán, resultaba similar con el nuevo adolescente en esa casa. Así, las dos Noceda vigilaron los avances del demonio.

Hunter estuvo a su lado todos los días, excepto las noches, en las que volvía al sótano para pasar tiempo con Gus. Pero el resto del tiempo orbitaba cerca de la sala, contándole a Alistair todo lo sucedido en los últimos dos meses.

Tenían una rutina, algo que sucedía de forma natural. Primero Hunter llegaba en las mañanas, con un tema en mente para conversar. Por lo general se pasaba una hora o dos hablándole, lo último habían sido los lobos. Después, Alistair atento en todo momento, hacía un par de preguntas. Mientras tanto, el demonio había practicado el tejer, utilizando agujas y lana que Camila le entregó, después de haber preguntado por los métodos humanos de producción. Así que ambos hacían cosas, poniendo atención al trabajo del otro.

No se tocaban mucho, excepto los momentos en que Hunter se sentaba en el sillón, entrelazando las piernas con el demonio. Disfrutaban de escuchar al otro, jamás parecían cansarse entre ellos, excepto ante los síntomas de Alistair.

La maldición, el nombre dado por el demonio, se estaba haciendo difícil de llevar. Combinado con la desnutrición, incluso caminar se vuelve una tarea que le hace sentirse agobiado. Su cabeza duele y los oídos le zumban, incluso si jamás usa magia para hacer las cosas. Tenía dos opciones; que se mejore al recuperar fuerzas, o, encontrar una forma de hacer el elixir que su padre producía.

Por eso, Hunter divide su trabajo y pide ayuda de Willow para hacerlo, los dos en la sala, haciéndole preguntas al demonio. Buscan plantas que puedan funcionar para los síntomas, pero muchos elementos de las Islas son más complejos, pero pueden intentarlo. La condición de Alistair es difícil de señalar, cosa que se les hace extraña.

—¿Algún experto la ha investigado? —pregunta Willow.

—No lo sé, pero fue el empera… Belos —Alistair traga con dificultad al sentirse extraño al pronunciar ese nombre—, el primero en acercarse a mi familia y explicarla. Cualquier clase de esfuerzo es severo en nuestros cuerpos.

Willow medita la respuesta, considerando lo poco que conoce al respecto, luego de escuchar a Luz hablar sobre Eda y la maldición de la bestia búho. No se parecen, aunque es difícil comprender cómo todas funcionan. Quizás no es requisito tener una entidad atada en un interior, pero la situación de Alistair parece un trastorno específico, una condición a la que aún no le han podido encontrar cura. Quizás no se pueda resolver, pero han encontrado un modo de hacerla pasable.

Una maldición o algo dentro de esa familia, es difícil de encontrar la diferencia.

—Podría ser una maldición, pero no lo parece, aunque no soy una experta en diagnóstico.

Alistair levanta la cabeza al darse cuenta de ello, una cosa sencilla. Jamás habían considerando segundas opiniones, la palabra del antiguo emperador tenían un poder más allá de la magia, una posición e imagen superiores al resto.

—Nadie en sanación cuestionaba el diagnóstico. —comenta el demonio.

—Flapjack sabe sanar heridas menores —Hunter sostiene al taliamigo entre sus manos, acariciando sus alas con los dedos—, pero no sé si pueda entender un problema mayor.

La bruja se levanta al oír el automóvil de Camila estacionarse frente a la casa, considerándola entre sus opciones.

—¿No es la señora Noceda una doctora?

De plumas doradas | Hunter x Male!OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora