Capítulo 6.2

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"Amor que no llega"


Su cabello le llega hasta los hombros, aunque sus ojeras se muestran menos pronunciadas en los últimos días. En el hogar Noceda es fácil descansar, ninguna preocupación o repentina aparición que pueda arruinarle a uno la calma de una cómoda tarde. Puede quedarse en la cama un rato, conversando con Gus sobre los gustos de ambos, intercambiando datos de distintas cosas; desde la dinámica de manada de los lobos, hasta los distintos tipos de tostador a lo largo del mundo.

Pero hoy duele más que de costumbre, una parte de su vida no está. No es la sensación de perder algo primordial, un pedazo que lo compone, sino una cosa que se mezcla con él, una compañía tan querida que, incapaz de alcanzarla, se siente miserable ante su ausencia. Lo llevaba tan bien, pero no ese día, no puede explicarse el por qué.

Se hace un ovillo en la cama, abrazando sus piernas y ocultando la cara contra sus rodillas. No llora, jamás lo ha hecho frente a otros. Pero Gus puede notar el temblor de sus hombros, así que se pregunta qué hacer.

-¿Puedo ayudar en algo? -pregunta, sentado en su sitio en el sillón viejo.

Hunter se queda inmóvil, petrificado. Piensa que se volverá invisible si se queda quieto el tiempo suficiente, que el brujo creerá haberse equivocado, ignorando su estado.

No es tan sencillo, puede sentirlo arrodillarse a su lado.

-Lo extraño... -consigue sacar un poco su voz, perdida entre leves quejidos.

-¿Puedo abrazarte?

Él niega con la cabeza, sintiéndose culpable de encontrarse de ese modo, incapaz de controlar sus emociones. Siempre se mantiene bajo control, siguiendo los estándares del chico perfecto, aunque eso es sencillo al estar detrás de una máscara. Aún no se acostumbra a ser Hunter, incapaz de volver a la posición del Guardia Dorado.

No puede detenerse, así que le da la espalda al brujo, cubierto hasta la cabeza por la manta.

Tampoco se levanta para desayunar, deseando causar la menor cantidad de problemas; al menos desde su perspectiva. Todos se preocupan por ello, pero no lo dicen, ideando una forma de aliviar la situación, sin hacerle sentir culpable. Lo conocen bien, Luz es la primera en detener a cualquiera que quiera forzarlo fuera de su espacio en el sótano.

Flapjack se queda a su lado, hablándole en todo momento, sin dejarlo. Le asegura que las cosas irán bien, presumiendo de años de experiencia y que, si aún duele, significa que las cosas aún no han terminado. Es un mal día, todos los tienen, así que busca hacerlo lo más pasable posible.

Todos necesitan tiempo para sentirse mal, las cosas no se pueden acumular por siempre. Por esa razón le dan ese tiempo, aunque atentos ante cualquier cambio, listos para apoyarle.

Por eso, nadie repara en el escenario que se desenvuelve en el bosque detrás de las casas. Varias figuras se mueven a través de las sombras, reconstruyendo escenarios ya vistos por algunos de los ojos que viven en el hogar Noceda. Pero no se muestran completos, son recuerdos borrosos que toman formas incompletas. A veces esas imágenes se esfuman antes de salir de entre los árboles. Y sus voces apenas pueden ser oídas, incluso si las bocas gesticulan con la intención de ser estridentes. La magia que proviene del bosque es débil, conjurada de forma inconsciente, pero constante.

Gus es el primero en darse cuenta que algo anda mal, su especialidad son las ilusiones y, con sólo mirar por la ventana, es capaz de notar aquel lamentable esfuerzo por producirlas. No son buenas, se mueven erráticas y la luz las atraviesa, dejándolas traslúcidas. Incluso los sonidos que producen son inestables, apenas susurros por momentos. Con prisa dibuja un círculo, deshaciendo las imágenes que se van alejando de su origen.

Corre por las escaleras hasta encontrarse con todos en la sala. Ellos siguen buscando formas de animar a Hunter.

-¡Chicos -llama Gus, agitando las manos, nervioso-, algo anda mal!

-¿Qué pasa, cariño? -Camila es la primera en reaccionar.

La mujer parece lista para actuar, pero, por la mirada en el brujo, comprende que es una situación mágica, algo en lo que poco puede hacer.

-Hay ilusiones viniendo del bosque. -explica Gus.

Luz se levanta de golpe ante la mención de magia, su mirada bien abierta ante lo que ello significa. Solamente otra persona en ese mundo puede utilizarla, incluso si le habían visto ser destrozado contra una pared, incluso si se encuentran tan lejos de las Islas.

-¡¿Será Belos?! -gana la fuerza para preguntar.

-No, no sé qué sea, pero son inocentes... -Gus recuerda el tono que usan-, incluso tristes.

-¿Cómo lo sabes? -inquiere Luz.

-Parecen memorias, alguien llegó hasta acá y no se encuentra bien.

Camila recobra la determinación en su mirada, acercándose al joven brujo para colocar una mano contra su mejilla.

-Entonces iremos a verle, deberá ser como ustedes, ¿no?

Los demás no parecen muy convencidos.

Pueden oír a Hunter gritar de sorpresa, todos voltean la mirada en dirección de la puerta, sin dudar al moverse a través de la casa. Luz lidera la fila, bajando a saltos la escalera, pero deteniéndose confundida ante la extraña escena con la que se encuentra.

Ella no tiene por qué entenderlo, no conoce esa historia...

De plumas doradas | Hunter x Male!OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora