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Ohm.

Conozco el significado de nacer teniéndolo todo, con la vida resulta, y sin preocupaciones reales.

Sencillo.

Incluso ahora, lo único que debo hacer es  sonreírle a las cámaras todo el tiempo, y eso no es complicado para mí.

Pero mi novio, es algo más difícil que eso.

—¿Tienen ya una fecha para la boda? —pregunta la chica estirando su micrófono hacia nosotros y yo río un poco, volteando hacia la derecha.

Estoy acostumbrado a sentir los flashes de los medios, pero sé que a él aún le molestan.

—Queremos mantener algunas cosas… privadas —digo mirando los ojos de Nanon.

Creo que es un día complicado, porque no me sonríe de vuelta.

Obviamente todo lo que hacemos es público, y necesitamos de una pequeña actuación cómplice, que nos coloque en las portadas mañana  por el misterio de nuestra boda, pero Nanon ya arruinó la oportunidad.

Muchas veces, me ha tocado leer comentarios en internet, de gente que habla sobre nuestra relación.

Nunca el problema es conmigo, de hecho, yo luzco muy enamorado siempre, pero Nanon…

A veces, parece estar harto de mí, y eso provoca dudas en nuestros fans.

Ellos se preguntan si realmente estamos enamorados o si es todo falso.

Empecé a tratar a Nanon desde que papá comenzó la alianza empresarial más grande de Asia, con su familia, y desde la primera vez que nos vieron juntos en una fiesta de negocios, las cámaras se enfocaron en nosotros.

Somos lindos, uno al lado del otro, es lo que siempre escribieron los artículos de internet.

Nunca tuvimos una amistad real, quiero decir, hablábamos mucho, claro, pero porque ninguno nació para los negocios y nos aburríamos en las reuniones de trabajo.

Sé que lo suyo es ser artista, y él sabe que lo mío es ser modelo, pero las finanzas y el manejo de nuestra cadena multimillonaria, nunca fue de nuestro interés.

—Parece que me odias —susurro disimuladamente, aún sonriendo hacia el público y él suspira.

—¿Parece?

Suelto una risa algo nerviosa, porque ya he notado que hoy, simplemente no tiene ganas.

Estamos acá, en este punto de nuestra vida, porque ambos sabemos que funcionamos juntos.

Por nuestra cuenta, aún somos los herederos de dos familias billonarias que ahora están unidas por un contrato, pero juntos, somos incluso mejores que ellos.

Nosotros si somos relevantes de verdad.

El mundo ya no solo conoce nuestros apellidos, a donde vayamos, tenemos lo que siempre quisimos: fama.

Suspiro apenas entramos en el hotel, y los empleados nos llevan hasta nuestro piso.

Tengo que hacer algunas fotos, porque soy la nueva imagen de otra marca de perfumes en Francia, y obviamente no podía venir sin mi novio.

Ya saben… París, la ciudad del amor, me obliga a traer a Nanon conmigo o sería extraño.

Le sonrío al empleado del lugar, luego de pasar a la suite, y le doy las buenas noches por ambos.

Es obvio que Non no tiene humor para fingir que es amable con las personas, y yo justifico su mala cara, pidiendo una pastilla para un dolor de cabeza falso.

—Gracias —digo cerrando la puerta y resoplo, porque por fin estamos solos.

Estoy un poco harto de tener que trabajar por los dos.

—¿Qué demonios te pasa? —pregunto caminando hacia la terraza.

Está ahí, mirando a la luna.

—Déjame solo, ¿sí?

—Me importa una mierda si tienes alguna preocupación en tu cabeza, porque me ha pasado muchas veces y jamás he permitido que lo noten.

—Perdón por no ser un robot programado para estar enamorado —responde girando hacia mí— como tú.

Agarro su brazo con fuerza para que me mire a los ojos, porque estoy cansado de ese comportamiento.

—No vas a arruinar lo que hemos conseguido, idiota, así que mañana, vuelve a mirarme como si fuera lo mejor que te pasó en la vida, porque tenemos una larga agenda que cumplir, ¿de acuerdo?

Suspiro al ver que no me contesta y lo suelto, empujándolo hacia la pared con fuerza.

Maldito, imbécil.

Ojalá pudiera desaparecer a toda la gente afuera del hotel, esperando vernos, para traer a mi novia.

No porque la quiera, o algo parecido, pero al menos el sexo podría relajarme.

Lidiar con los días malos de Nanon debería ser ya una costumbre, pero aunque han pasado años así, me jode su comportamiento.

Es por los dos, él lo sabe, pero se comporta a veces como si me hiciera un favor a mí.

Infantil.

Lo mandaría al carajo, pero no puedo, porque con nadie más funcionaría así.

Nos quieren a los dos juntos, y es lo que pienso darles.

No soy gay, obviamente, pero si eso es lo que debo mostrarles para seguir siendo la persona que todos aman, puedo hacerlo.

Nada me importa más que mantenerme en la cima, y lo necesito para lograrlo, tanto como él me necesita a mí.

Cámaras | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora