31

5K 521 184
                                        


Ohm.

Creo que mi manager me odia, porque recién le he contestado una llamada después de varios días.

—Sí podemos —me quedo callado porque veo a Nanon negando con la cabeza— no podemos, sí, lo lamento, no podemos, oh, ¿cuándo podremos?

Él sigue diciendo “no” con el dedo.

—Hemos decidido no hablar sobre eso en televisión —continúo diciendo al teléfono— ¿preguntas por qué? Bueno, Nanon y yo creemos que…

Lo miro esperando a que me dé la respuesta.

—Creemos que esta parte de nuestra vida privada debe ser… debe ser… comunicada a nuestros fans… de una manera más personal, y no en un estudio lleno de… cámaras —digo lentamente mientras leo sus labios— no, no es decisión de Nanon, ambos estamos de acuerdo, sí, lo lamento de nuevo, creo que tendrás que hablar con los canales, porque no aceptaremos, ah, ¿hablas de cuantos miles de dólares?

Vuelvo a mirar a Nanon que sigue negando con la cabeza.

—No, no es cuestión de dinero, mantenemos esa posición, así que gracias, pero solo dile que no a todos los que traten de contactar.

Cuelgo la llamada, y Nanon me lanza un cojín.

—¿Ibas a aceptar, Ohm?

—No sabía que habíamos decidido no hablar.

—Vamos a hablar, pero no creo que nuestra primera explicación deba ser en televisión nacional, podemos usar algo menos producido, como un vivo en mi cuenta, o algo así, de todos modos, he leído los últimos comentarios, ahora que empiezo a estar más estable, y la mayoría está defendiéndote.

—¿De verdad?

—Es porque eres lindo, Ohm, hacen eso con cualquier famoso lindo que arruina algo, solo hay un poco de odio y escándalo al inicio, pero luego sus fans los justifican incluso por cosas peores, así que, con una disculpa tuya, y mi versión, nadie recordará esto en un par de meses.

—Suena fácil.

—Lo sé, pero vamos a pensar bien en lo que diremos, ¿de acuerdo?

Asiento viendo el cuaderno que saca.

—Tenemos mucho que escribir, y yo soy un compositor, así que es tu día de suerte, solo tienes que venir a confirmarme que estás de acuerdo con lo que yo escriba para que tú lo digas.

—Mucho más fácil —respondo asintiendo.

Me levanto para ir a la cocina.

—Aún estamos peleados —me recuerda como cada 3 horas, solo para que no se me olvide.

—Lo sé, y por eso voy a hacerte el desayuno.

—No, no gracias —dice moviendo ambas manos para negarse— el té fue suficiente.

—Pero yo tengo hambre —respondo abriendo el congelador— mira, aquí hay cosas, ¿cuándo compramos tantos jugos?

—Los pedí hace unos… Ohm, ¿quieres ayuda?

—No, yo puedo solo, ya estoy aprendiendo mucho, con recetas en internet —le cuento mostrándole mi teléfono.

Abro los otros cajones y encuentro un sartén.

—¿Quieres que te ayude a prender la hornilla eléctrica?

—No te preocupes, ya vi su botón de encendido.

Nanon no deja de mirarme, así que empiezo a creer que no confía en mí.

—Ohm.

—¿Sí?

—¿Qué haces?

—Huevos —digo alzando los que encontré, para que los vea— tú siempre pides huevos en el desayuno, te gustan.

Siento que hice algo mal cuando lo veo levantarse, luego de romper los huevos sobre el sartén.

—Aceite —me dice señalando los cajones de arriba— tienes que poner aceite, Ohm.

—Entonces ya arruiné estos huevos —respondo algo desanimado— ¿los puedo tirar?

—Sí, solo tíralos y empieza de nuevo, no pasa nada.

Resoplo llevando todo a la basura.

—¿Por qué estás tirando el sartén, Ohm?

—Empiezo de nuevo.

—Sí, de acuerdo, ya lo tiraste, así que solo agarra otro, hay varios por ahí.

Cámaras | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora