Cámaras | Ohmnanon

27

Ohm.

Yo sé lo que opino de rogar, pero no necesito la dignidad que me queda, si voy a perder a Nanon.

—¿Qué quieres decirme, si ya ambos hemos dicho lo que pensamos? —me pregunta apenas cierro la puerta.

—Sentí que, si me iba no volvería a verte —digo sinceramente— y no es lo que quiero.

—Dijiste que…

—Sé lo que dije.

Me siento en el sillón y suspiro, sin mirarlo.

—Entonces, ¿solo vas a quedarte aquí sentado?

—Estoy pensando primero, esto es difícil.

—¿Es difícil porque no quieres perder lo que teníamos, pero sabes que no voy a creerte si sigues intentando mentir?

—Es difícil porque nunca he comunicado mis sentimientos por otra persona antes, y estoy intentando hacerlo, Nanon, porque no quiero perderte a ti.

—La relación…

—Me importa un carajo, porque no me preocupa lo que van a pensar los demás, solo quiero estar contigo.

—¿Por qué?

—Porque te amo, maldita sea —respondo frustrado, levantándome— nunca me atreví a pensar en nosotros como algo real, porque yo no estoy hecho para que alguien me quiera, pero jamás pensé en dejarte y por eso hablé de una boda.

—Dijiste que…

—Ya lo sé —digo interrumpiéndolo— pero la verdad es que lo único que quería era mantenerte a mi lado, aunque no fuera real, porque te quería a ti, quería seguir viviendo contigo el resto de mi vida, quería verte, hablarte, besarte; y para mí, nuestra relación falsa era la única manera en que tú podías amarme y por eso tenía miedo todo el tiempo, de que te enamores de alguien más, porque tú eres grandioso y yo soy idiota.

Me acerco con la respiración agitada, porque parece no tener nada que decir.

—Quizás siempre te he amado, pero no lo sabía, Non.

—¿Y quieres que te crea? —pregunta en un susurro.

—Espero que lo hagas, porque es verdad, respondí la pregunta por ti, el primer día que nos vimos, porque quería impresionarte, y continué yendo a las reuniones para verte, aunque quería pensar que no era así, no mentí cuando te dije que eras la única persona que me había agradado de verdad en la vida, y lamento, haber estado negándome esto por tanto tiempo, porque tenía miedo de aceptar mis sentimientos, por eso traté de evitar estar unido a ti, buscando a otras personas, y creando una pared, para impedirme a mí mismo estar enamorado.

Me acerco a su boca para besarlo, agarrando su rostro, y mi corazón se calma, cuando siento que me corresponde.

—Eres un idiota —dice contra mis labios— estoy muy enojado aún, y te odio.

—Está bien —respondo antes de besarlo otra vez.

Aún no termino de aceptar que lo amo y que él me ama a mí, porque creí que eso no estaba a mi alcance.

Sonrío al alejarme un poco, pero él sigue llorando.

—Perdón —vuelvo a decir.

—Metí más de 30 litros de helado en este lugar, porque te fuiste, cuando te confesé mis sentimientos.

—Lo siento.

—Y lloré por horas, Ohm.

—Lo siento —repito ya triste.

—Me habías acusado de besar a otro hombre.

—Lo sé, y lo lamento.

—Me golpeaste.

Bueno, él me golpeó también, pero yo fui un idiota por muchos años, así que no tiene sentido mencionarlo.

—No lo haré más.

—Y me gritaste, y me empujaste, y me dijiste que te casarías conmigo solo por lo que obtendrías a cambio, y me dijiste que te acostaste conmigo para que no salga con alguien más, y eso me recordó que siempre me insultabas por hablar con otros hombres que nunca me interesaron.

—Lo siento.

—No, cállate, aún no he terminado.

Bueno, supongo que va a ser una noche muy larga si piensa reclamar por cada cosa que hice mal.