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Nanon.

Ohm nunca ha sido bueno usando los aparatos más básicos en una cocina, pero detesta la idea de que alguien entre en su espacio, a hacer cosas por él, porque le gusta tener privacidad.

Así que toda la vida, ha pedido todo a domicilio.

La primera noche que dormimos juntos, lo vi pedir café en la mañana, y un vaso con agua.

Pensé en que no era tan complicado solo servirse algo como eso, pero entendí que no funciona así para él.

Me recuerda un poco a mi familia, adultos incapaces de ser funcionales.

Ahora, en la mañana, se ha levantado antes que yo, para ir a la cocina.

—¿Qué es eso? —le pregunto mirando la taza que tiene en las manos.

—Es té caliente.

—¿Hiciste té?

—No es tan complicado —dice colocándolo frente a mí— le di al botón de encender, y ese hervidor donde siempre haces té, lo hizo todo por mí.

—Oh —respondo intentando no reír— descubriste que los hervidores con infusor tienen un botón de encendido.

—Te estás burlando de mí —suelta haciendo un puchero.

—No, no es así.

Agarro el té, y suspiro, viéndolo acostarse de nuevo.

Me siento mejor que ayer, y él ha estado toda la noche asegurándose de que esté bien.

Estoy seguro de que ha dormido menos que yo.

Tomo el té, y está asqueroso, pero obviamente no se lo voy a decir.

—Gracias —susurro, luego de colocar la taza a un lado, y me acuesto también.

—¿Quieres más?

—No, no te preocupes, creo que necesitas descansar.

—¿Pero ya estás mejor?

—Me siento mucho mejor, Ohm, solo comí demasiado helado, no estoy enfermo.

—Bien —responde cerrando los ojos.

Suspiro, solo observándolo.

Siempre he amado lo pacífico que se ve así, en las mañanas.

—¿Qué? —me pregunta abriendo los ojos con flojera.

—Eres guapo —digo apoyándome en la almohada.

—Lo sé, este año también gané como el más atractivo empresario del país, en varias revistas.

—¿Y apareciste en la lista de empresarios humildes? —agrego con ironía.

—Te sigues burlando de mí, Non.

—Ahora sí, un poco —respondo riendo.

Me detengo cuando noto que él solo se ha quedado mirándome.

—¿Qué?

—¿Te puedo besar? —pregunta directamente.

No puedo creer que me esté sonrojando por esto.

Es que estoy tan acostumbrado a un Ohm diferente, que me pone nervioso que sea así conmigo.

No sé si pueda acostumbrarme, así que tengo la esperanza de que irá volviendo a ser más él mismo, cuando ya no tenga miedo de arruinarlo.

—Puedes hacerlo, pero no estoy seguro de que esté bien besarme tanto sin ser mi novio.

—Entonces sé mi novio.

—¿Sin un acuerdo que tenga que firmar?

—No creo que vayamos a necesitarlo, porque al menos yo, no pienso que vaya a querer romper contigo jamás.

—Deja de decir cosas así —respondo acercándome.

—¿Por qué?

—Porque me haces sentir cosas raras, que son buenas, pero me ponen… me ponen muy débil, y yo voy a besarte a ti, si sigues así.

—La verdad es que me gustaría que lo hagas —dice sonriéndome.

Me acerco a sus labios, con el corazón acelerado, y solo los choco, sin profundizar.

—Nanon —dice acariciando mi cabello.

—¿Sí?

—¿Puedo ser tu novio de verdad?

Miro sus ojos asintiendo.

—Sí, puedes, pero no desde hoy o parecerá que no tengo dignidad —respondo sonriéndole— y si vuelves a arruinarlo, vamos a pasar todas las navidades por el resto de nuestras vidas con tus padres.

—Prefiero la muerte —suelta sonando muy sincero— solo mátame si hago algo mal.

Cámaras | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora