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Nanon.

Los días largos siempre sacan el asesino serial que llevo dentro.

Nunca entenderé porque a las personas les gusta tocar cuando hablan, es decir, usen la boca y ya, no tienen la necesidad de hacer contacto conmigo.

No puedo solo empujarlos porque soy agradable, y aún más si son mis fans, pero este chico, Jimmy, quizás esté al borde de acabar con mi paciencia.

—Podría ayudarte con algunas fotos, no tendría un problema si lo quieres así.

—Puedes darme tu tarjeta —respondo tomando el café— te escribiré si necesito un buen fotógrafo en Paris.

Sonrío para disimular que me irrita que tome mi mano.

—Es de compromiso, ¿verdad?

—¿Eres un periodista infiltrado? —pregunto bromeando y él se ríe, pero no suelta mi mano.

—Solo me interesa porque así perderé cualquier oportunidad que pude tener.

No, incluso si Ohm no fuera mi novio, no tendría oportunidad.

—Estamos comprometidos —digo casi sin pensarlo, para sacar mi mano porque ya lleva mucho tiempo agarrándola.

Me estiro hacia la tarjeta suya que está sosteniendo y finjo leer el nombre.

Necesito acabar este incómodo tema, sin dejar de ser amable.

—Voy a llamarte, Jimmy, creo que tu trabajo es excelente, estoy encantado con lo que siempre he visto en las marcas para las que trabajas, eres muy talentoso.

—Gracias —responde con los ojos brillando— eso significa mucho para mí.

Camino para sentarme un poco alejado del equipo.

Me toca ver a Ohm trabajando, por horas.

No me quejo, de hecho, vivo el día soñado de todas sus fans.

Las horas pasan rápido porque siempre las personas se acercan a hablarme y subo historias a Instagram.

—¿Le gustó el concepto? —me pregunta una de las asistentes sentándose a mi lado cuando ya han terminado.

—Sí —respondo volteando hacia ella— me ha encantado todo el aspecto creativo del producto, pero… ¿puedo ser sincero contigo?

—Sí —dice emocionada.

—Ohm lo mejora todo, porque luce bien en cualquier concepto.

Ella sonríe asintiendo.

—Usted se ve muy enamorado —menciona bajando la mirada.

Sonrío algo apenado, y me apoyo en el respaldar de la silla con más confianza.

—Es porque lo estoy.

Mi vida es tan caótica que ya no diferencio cuando estoy siendo sincero y cuando estoy siendo falso.

Eso es triste porque yo no era así, cuando conocí a Ohm.

—¿Esperaste mucho? —escucho que pregunta acercándose y volteo hacia él, negando con la cabeza.

—Amo cuando lo único que tengo que hacer es  verte todo el día —digo estirando mi mano hacia la suya, para jalarlo hacia mí.

Cuando se agacha y me besa, siento por el movimiento de sus labios que está enojado.

¿Qué?

Literalmente no hice nada hoy.

Odio que sucesda y no suelo responder cuando empieza las discusiones, porque si ambos explotamos, sería nuestro fin.

Aplicamos el "un día malo a la vez".

Cámaras | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora