Cámaras | Ohmnanon

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Nanon.

Nunca me he caracterizado por pensar con el estúpido pene, y me enorgullece saber que siempre soy capaz de usar el cerebro antes de actuar.

Me detengo todo el tiempo, para analizar las consecuencias antes de hacer algo.

Por eso, odio a Ohm.

No me gusta saber que me tiene, y que yo, soy capaz de permitirle lo que sea.

Incluso cuando grita, o se enoja, o me empuja, o es un imbécil que no controla sus emociones, puede tratarme como la mierda incluso después de decirme algo bonito, y yo sigo acá, sin considerar la posibilidad de irme.

Porque estoy enamorado y esa es mi única  justificación para haberme acostado con él.

—¿Qué? —pregunto cuando lo veo nadar hacia mí.

—Estás muy callado.

—No tengo algo para decir.

—Bien —susurra besándome de nuevo.

Detesto el poco autocontrol que tengo cuando está cerca, porque apenas ha pasado un poco de tiempo y ya tengo la necesidad de tenerlo de nuevo dentro de mí.

Al inicio, cuando empecé a notar que él me atraía, creí que bastaría con tener sexo alguna vez y quitarme las ganas, para luego superarlo.

Ahora, puedo confirmar que no es así.

—Es divertido —dice bajando los labios por mi cuello, luego de girarme— te mueres de ganas por tenerme adentro y apenas salí.

—Cállate —respondo soltando un jadeo, porque siento que se coloca en mi entrada— ¿Tienes que ser tan insoportable hasta en momentos así?

—Sí —suelta deslizándose hasta el fondo, y aferro mis dedos en el borde de la piscina, intentando mantener la dignidad que me queda, para no gemir fuerte.

Lo sabe ahora, supongo, porque le he dejado bastante claro que moría porque me folle.

Es humillante, pero no puedo decir que estoy arrepentido, porque no sería verdad.

Es el estúpido hombre que mi corazón quiere, y esta quizás era mi única oportunidad de tenerlo.

—Te sientes tan bien —dice en un susurro, acariciando mi cintura, aumentando el ritmo de sus embestidas.

Su maldita polla podría ser adictiva para mí.

Este es jodidamente el mejor y el peor sentimiento del mundo.

Puedo amar sentirlo en mí, porque sabe follar tan bien… pero tengo la seguramente acertada sensación de que esto no terminará bien.

No hay forma de que salga bien.

Ohm no me ama, y no tengo que ser un genio para saberlo, pero quiero disfrutar de la efímera ilusión de tenerlo.

—Non —suelta con un gruñido, saliendo de mí y me gira hacia él, mirándome con la respiración entrecortada.

Se ve muy guapo cuando está agitado, y me encanta la manera en que sus ojos me ven, porque siento que me desea de verdad.

—¿Mmm?

—Deberíamos haber hecho esto antes, ¿no crees?

Asiento acercándome a su boca, para besarlo de nuevo.

Maldito, Ohm.

Me hace sentir vulnerable porque estamos en una clara desventaja.

Además, nos vamos mañana de Paris, a la realidad.

Él tiene una vida cuando no estamos juntos, pero yo, estoy bastante lejos de sacarlo de mi mente, incluso cuando estoy trabajando en mi música.

Porque lo amo, como un estúpido, y si quiere estar entre mis piernas el resto de la noche, voy a decir que sí.