14

5.7K 582 222
                                        


Nanon.

Sé que suelo ser duro con Ohm siempre, y es porque hace mucho tiempo, tengo una pared que me intenta proteger de ser lastimado.

Esa es la razón por la que todos piensan que él es quien está más enamorado.

—¿En qué estás pensando? —pregunta aún con los ojos cerrados.

—Tengo mucho trabajo —le cuento pasando los dedos por su espalda— y tú estás ocupando una cabeza que necesito para cumplir con las labores que me encargan en la disquera.

—¿Es porque soy muy lindo y no puedes dejar de pensar en mí?

A dónde tan humilde.

—Es porque me confundes.

—¿Con respecto a qué?

—No seas un idiota —respondo acostándome sobre él, porque es la única manera de que no vea mi cara, y es que me apena hablarle de esto— me refiero a que los últimos días han sido extraños.

—¿Estás incómodo?

—No es la palabra que usaría, pero debes admitir que es raro estar en la cama conmigo.

—No lo es.

—Hablo de que no entiendo por qué estamos cogiendo si nunca mencionaste que te gustan los hombres.

—Creí que no era así, pero me calientas, no es algo que me haga perder la cabeza, quiero decir, nunca he creído que la orientación sexual de una persona es inflexible, yo me identificaba de una manera, y ahora no, es tan simple como eso.

Pues esto me confirma lo que ya sabía, él me desea, pero eso es todo.

—No sabía que pensabas así.

—No sabes muchas cosas de mí, Nanon, aunque eres la persona que más me conoce.

—Lo sé.

—¿Lo sabes?

—Eres el hombre más falso del mundo, es complicado intentar entenderte, pero siempre he sentido que tú confías en mí.

—Lo hago, eres la única persona a la que le puedo decir exactamente todo lo que pasa por mi mente, porque tú no pareces horrorizado.

Sonrío soltando un suspiro.

—Me he sentido horrorizado muchas veces, créeme.

—¿Y por qué sigues acá? —pregunta colocándome otra vez a su lado, y eso me tiene obligado a verlo a la cara— eres rico, amado y famoso, no me necesitas.

—Si lo digo no vas a creerme.

—¿Es tan raro?

—No sé si te han dicho esto antes, pero cuando no estamos peleando, no me desagradas, y sin ti mi vida sería muy aburrida.

Mi corazón se acelera, porque se ríe, bastante más de lo normal.

Ohm es tan lindo cuando está relajado.

—De acuerdo, es difícil de creer, ¿tratas de decirme que no te caigo mal?

—Me caes mal la mayor parte del tiempo.

—¿Y en serio me odias?

—Obviamente.

—¿Por qué estás acostándote con alguien a quién odias?

—¿Por qué estás acostándote tú conmigo?

—Muy buen sexo —responde logrando hacer que me sonroje— me alegra que sea así, porque me ahorra muchos problemas.

—¿Hablas de esa mujer? —pregunto mirando el techo.

—Quería que nos veamos hoy.

—¿Y qué le dijiste?

—Que me voy a casar, es una buena justificación para dejar de verla.

—¿Y realmente lo haremos? —pregunto en un susurro.

—¿Casarnos?

—Llevamos ya un tiempo jugando con el compromiso, pero no hemos hablado entre nosotros, de hasta dónde vamos a llegar.

—¿En serio quieres hablar de trabajo mientras estamos en la cama?

—Es algo importante, Ohm.

—Pero aún no hemos cenado, ¿te vistes? —me pregunta besando mi hombro.

—No quiero salir —digo sinceramente— estoy agotado.

Jadeo porque sube ahora a mi cuello, y mi espalda se quiebra un poco al sentir su mano, empezando a masturbarme.

—¿Qué quieres que pida de comer?

—Quiero que hablemos —respondo tratando de agarrar la fuerza de voluntad que me queda.

Cierro los ojos porque pasa la lengua por uno de mis pezones, mientras abre mis piernas.

—E-Es serio, Ohm —agrego intentando insistir.

—Puedes hablar, estoy escuchando —dice acomodándose en mi entrada.

—Es que se-ah, Ohm, no- no estás dejándome.

—No estoy deteniendo tu boca, amor —susurra ya moviéndose.

Subo mis manos por sus brazos, mirando sus ojos.

Maldito impulso idiota que me da cuando lo tengo así, cogiéndome.

Esas ganas de decirle que lo amo.

Cámaras | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora