Ohm.Me miro en el espejo, arreglando mi cabello, porque ya tenemos que ir a la sesión de fotos que me programaron de nuevo en Paris, pero aún parece que acabo de tener sexo.
Porque justamente es lo que estuve haciendo.
—Llamó mi papá —dice Nanon con flojera, y me abraza desde atrás, apoyándose en mi espalda.
—¿Qué quería?
—Hablo de gráficos, y dinero.
—¿No prestaste atención?
—Yo nunca le presto atención —responde riendo.
Volteo, para acomodarle la ropa.
—Tienes que dejar de provocarme, cuando ya nos hemos vestido para salir, porque luces como si te hubiera follado.
—Te he dicho que aún no quiero volver al trabajo, pero tú y mi papá son insoportablemente responsables.
—Amor —digo agarrando su rostro— una luna de miel suele durar algunas semanas con suerte, no dura meses.
—Entonces quiero que nos casemos de nuevo —responde haciendo un puchero— porque necesito más vacaciones.
Sonrío, besando su nariz.
—Tienes que escribir para tu nuevo álbum —le recuerdo acariciando su cuello.
—Exactamente, y quiero escapar de eso.
Suspiro, estirando mi mano hacia él.
—Es hora.
Obviamente no quiere, pero toma mi mano para salir.
—Hay mucha gente afuera —dice mientras caminamos por el pasillo hacia el ascensor— puedo oírlos desde acá, y estamos en el piso final, así que debe ser un ruido insoportable.
—Nanon, tú eres el agradable de los dos, recuérdalo.
—Tuve tu pene adentro por horas, apenas puedo caminar, y no dormí una mierda, quería pasar el día en la cama con mi esposo, pero ahora tengo que aguantar las cámaras sobre mí, no me pidas ser agradable.
Quiero reírme, pero me va a golpear.
Toda la bajada en el ascensor, me mira mal, en silencio, así que estoy pensando en que hacer para compensarlo esta noche.
Podría prepararle una comida especial, pero empiezo a pensar que a Nanon no le gusta como cocino, aunque siempre come lo que sea que haga.
—Bebé —digo agarrando su mejilla.
—Estoy triste, Ohm.
Hace otro puchero, hasta que la puerta se abre al llegar al lobby.
Él ya está sonriendo.
—Buenos días —dice el jefe de seguridad que nos ha puesto la revista que me ha contratado.
—Hola —respondo cortante, buscando el auto en el que nos iremos, con la mirada.
—Lamento si tuvieron que esperar —agrega Nanon colocando una mano en su hombro— nos quedamos dormidos.
—N-No se preocupe, señor, están a tiempo, es un honor para mí conocerlo, y todos acá estamos felices de poder servirle.
Quiero girar los ojos, porque es raro que no tenga el honor de conocerme a mí.
La verdad es que no me siento amenazado.
La paz mental que llegó a mí, desde que empezamos a salir de verdad, es gratificante.
Ahora me da igual cuánto lo deseen, porque es mi esposo, y no firmaré el divorcio, incluso si él lo pide.
Caminamos afuera, y aunque pensé que solo quería llegar al auto, Nanon se detiene a saludar a sus fans, respondiendo al mismo tiempo las preguntas de algunos reporteros sobre nuestra boda.
Es que no hemos salido a hablar desde que pasó, porque decidimos mantener más de nuestra vida en privado.
En todo el camino, Nanon conversa con las personas que van con nosotros en el auto, mientras miro por la ventana.
Siempre he dicho que si yo fuera como Nanon, el mundo empezaría a pensar que somos como ellos.
Y no quiero ofender, pero yo gano cada hora, el sueldo que suma una persona promedio durante un año.
Obviamente no somos iguales y a mí me toca recordarles eso.
Nanon es quien les hace pensar que pueden hablarnos, porque somos humildes o algo así.
Cuando por fin, veo que llegamos, solo les sonrío como agradecimiento, y bajo antes que Nanon, dejando mi mano estirada, para que la tome luego de despedirse.
Ambos caminamos hacia adentro del edificio, y Nanon trata de tomarse todas las fotos posibles, con la gente que estuvo esperándonos.
Si no lo jalo, nunca terminará.
Esa sonrisa se acaba, cuando tenemos que subir de vuelta al ascensor.
—Cometeré un asesinato múltiple si tengo que seguir sonriendo —dice cambiando completamente su rostro.
Sonrío yo, acercándome a él.
—Me calienta mucho el talento que tienes para ser la persona más agradable del mundo.
—Nací con este don —responde sonriéndome de vuelta— todos me aman, aunque...
—¿Aunque?
—Yo solo puedo amarte a ti.
Junto nuestros labios, apoyándolo contra el metal.
—Y yo te amo a ti, más que a mi propia vida.
Me besa de vuelta aún sonriendo, y luego mira hacia abajo.
—Ohm, ¿estás apoyándome la polla?
—Sí —respondo sinceramente— quiero coger, ¿podemos irnos?
—No, ya me obligaste a venir, así que te aguantas.
Supongo que será un largo día, en nuestra vida perfecta.
Es perfecta, porque Nanon me ama.
🌻
Fin.
Esta historia tiene un E X T R A que puedes leer en OUR SKYY, un libro que encontrarás en mi perfil. 🩷
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Cámaras | Ohmnanon
أدب الهواةOhm y Nanon tienen una relación pública diferente a como es cuando las cámaras se apagan.