Cámaras | Ohmnanon

Final.

Nanon.

Creo que amo a los padres de Ohm, porque sí soy suficiente para ellos.

Los míos no me ven así.

—Sabíamos que tenía que ser un malentendido, pero pasamos días difíciles, pensando en si nos habíamos equivocado contigo, hijo —dice papá estirando su mano en el escritorio, para colocarla sobre la de Ohm.

—Debí llamarles para aclarar esto, pero no tenía la cabeza para pensar en mucho más de lo que estaba ocurriendo.

—Y lo entendemos, en casa hablamos sobre ti, y en lo duro que debió ser —responde para luego mirarme a mí— sin embargo, esperábamos que Nanon nos dé una explicación y no solo una corta respuesta después de horas llamando para intentar hablarle.

—Les dije que Ohm no había hecho nada —le recuerdo bajando la mirada.

—No te cuesta mucho hablar con tus padres más de un par de minutos, Nanon, Ohm tuvo que aguantar todo lo que esa gente estaba diciendo en los medios.

—Yo aclaré las cosas apenas pasó —digo luego de resoplar— escribí un comunicado.

—Pero no fue suficiente, y me indigna, porque Ohm es un chico correcto, tuvo que abandonar la dirección de nuestra empresa por días a causa de eso y tú no pudiste ayudar.

—Estaba con él, papá.

—Excusas —dice palmeando la espalda de Ohm— ojalá fueras solo la mitad de eficiente de lo que es Ohm, si no fuera por él, no tendría idea de a quien encargarle todo, porque Ohm está listo para manejar nuestro patrimonio, mientras tú andas con una guitarra, perdiendo el tiempo.

Me quedo en silencio, porque ya no quiero discutir.

Él siempre va a pensar así.

Sé que, si terminamos, va a preferir quedarse con Ohm, porque él es el hijo que quisiera tener.

—No podría hacer que nuestra sociedad empresarial funcione, sin Nanon —responde Ohm con la voz suave.

Me sorprende, porque siempre se queda callado, para no contradecir a mi papá y continuar agradándole.

—Nanon ha conseguido convencer a todos los socios que tenemos actualmente en más de 18 países para que inviertan en nuestra empresa, yo no soy capaz de trabajar en las relaciones internaciones, y creo que esa es la clave de nuestro éxito actual, aunque junto a mi padre, usted logró construir todo lo que tenemos, las acciones desde que nosotros estamos a cargo han subido, según los reportes en cada área, mejoramos las ventas, la producción, el manejo de mercado, las alianzas, y nuestra imagen como marca.

—Es verdad —dice papá revisando los papeles que tiene en el escritorio.

—Funcionamos porque estamos juntos, así que, aunque agradezco mucho que valore mi trabajo, y que siempre me haga sentir parte de su familia, me atrevo a recordarle que Nanon es más que un chico con una guitarra, y no solo dentro de su oficina, porque también, su éxito como artista nos ha permitido trabajar con marcas mundialmente conocidas.

Miro a Ohm, en silencio, justo igual a mi papá.

—Podría continuar enumerándole todo lo que admiro de Nanon —agrega soltando un suspiro— pero probablemente no tendría un fin, y es que esa es la razón por la que voy a casarme con él, lamento que le cueste ver todo lo que yo veo, pero si me lo permite, puedo redactarle con gráficos, la influencia positiva de su hijo para nuestra empresa.

Papá suspira, mirándome, y yo aún estoy temblando por todo lo que he sentido ahora.

—Vas a casarte con un buen hombre —me dice antes de levantarse— vengan a casa a cenar esta noche, por favor.

—Sí —responde Ohm por ambos— teníamos una cena con mi papá, pero…

—Voy a llamarlo para que venga también, con tu madre.

Miro a Ohm, que me mira también, y sé que está pensando lo mismo que yo.

—De hecho, estuvimos hablándolo, y nos apena que siempre tengan que decidir a que casa ir, adoro tenerlos con nosotros, pero imagino que extrañas a tu familia —le dice a Ohm.

—No tiene que preocuparse por eso.

—Me preocupo, hijo, porque eso eres para mí, un hijo también, y sé que tu papá ve a Nanon de la misma manera, así que empezaremos a compartir al menos cada navidad juntos.

Luego de sonreírnos, se va.

Ambos soltamos todo el aire que teníamos retenido, apenas sale de la oficina.

—Adoptemos un niño, eso nos dará una responsabilidad, y no tendremos que ir —dice Ohm de la nada.

—No vamos a usar a un niño para no pasar navidad con nuestros padres.

—¿Por qué no?

Estoy riendo, porque estoy seguro de que él si está considerando de verdad lo que ha dicho.

Porque es Ohm, y no es bueno recordando que la gente no existe solo para su conveniencia.

—Oye —digo agarrando su mano y él me mira.

—¿Qué?

Solo le sonrío y él me mira, algo confundido, así que le explico.

—No puedo estar peleado con alguien que le ha cerrado la boca a mi papá.

—¿Estuvo bien? —pregunta acercándose.

—Sí.

—Nada de eso es mentira —me aclara agarrando mi rostro y yo suspiro.

—¿En serio?

—Sí, y te necesito para que siga funcionando —responde acariciándome— la empresa y mi vida.

—Entonces deberías pedirme que me quede.

—Estoy rogándote, para que te quedes a mi lado, por siempre.

—Bien —acepto sonriendo.

Me he sonrojado, porque realmente me pone muy nervioso, pero estoy feliz.

Esto es lo que yo quería para mi vida, y ahora lo tengo de verdad.

A Ohm.