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Nanon.

Yo sé que Ohm no va a venir a verme, porque no es la clase de persona que hace algo así.

Si dijo que se ha terminado, lo mantendrá de esa forma, y odio su firmeza, porque me da una sola opción.

Si quiero volver a verlo, tengo que buscarlo yo.

Incluso si no vamos a regresar, me niego a que no hablemos más, y podría fingir cruzármelo casualmente, pero no quiero salir de aquí, porque no estoy listo para ver a la gente, no quiero ir a trabajar, y tampoco quiero ir a las oficinas de la empresa.

No quiero tener que darles explicaciones de lo que pasó.

Al menos no tienen idea de que terminamos, pero seguimos en una posición de mierda.

—No han pasado ni 24 horas, Nanon —me señalo mirándome mal en el espejo— no puedes ser tan ridículo.

Muevo mis dedos, tratando de relajarme.

—¿Qué se supone que vas a hacer? —pregunto apoyando mi cabeza contra la madera— ¿No que estabas decidido?

Me levanto y doy vueltas en mi lugar.

—Debiste hacerle el café —suelto arrastrando mis palabras y vuelvo al piso, para acostarme ahí y mirar el techo— dejó los celulares y son una buena excusa, puedes hablarle por eso, no te verás patético, quizás un poco, pero suena lógico, y no se verá tan desesperado.

Me quedo un momento en silencio y cierro los ojos.

Maldita sea, ya estoy hablando solo.

Debe ser porque apenas dormí.

No podía dormirme, porque dormir significaba dejar de llorar, y no quería dejar de llorar.

Empiezo a rodar por el piso, mientras pienso.

—Hola —digo agarrando el teléfono, luego de buscar el número del jefe del edificio— ¿puedo pedirte algo de comer?

Sí, claro, señor.

Espero un momento en la línea.

—Toma nota, por favor —respondo jugando con mis pies— quiero mucho helado, y cuando digo mucho, trato de decir MUCHO.

¿De qué sabor, señor?

—Chocolate, y fresa, y vainilla, de chicle, mora, menta, y todos los otros sabores que encuentres.

—¿Quiere un cono de cada uno?

—Quiero un litro de cada uno, y quiero pizza, una grande y con grande me refiero a GRANDE.

Sí, señor, ¿qué le deberían poner para que esté a gusto?

—Mucho queso y creatividad con lo demás.

De acuerdo, señor.

—Y hamburguesas, muchas, y cuando digo muchas...

Son MUCHAS, señor, ¿alguna en particular?

Todo el menú de cualquier restaurante bueno de hamburguesas.

Perfecto, ¿quiere algo de tomar?

—No —respondo mirando hacia la cocina— tengo agua y café, porque no le hice café, así que hay mucho.

Suspiro triste, cuando se queda en silencio.

Quiero llorar, otra vez.

Señor, ¿se siente bien?

—No, porque aún no tengo el helado, de ti depende mi estabilidad ahora.

Tardaré el menor tiempo posible, no se preocupe.

—Gracias —le digo antes de colgar.

Me levanto para ir al baño, porque quiero meterme a la tina por horas, y ahogarme o algo así.

Lo extraño.

Me hace falta solo sentir que está ahí.

—Es que como puede dejarme ir —suelto mirando al espejo de nuevo— no soy feo, y sabe que lo amo, podría aprovecharse de eso, es típico de Ohm actuar calculador, puede mentirme y me tendría de nuevo, junto con su reputación.

Pero no lo hace.

No está actuando como yo esperaba que actúe y eso me confunde.

Sí, definitivamente me estoy volviendo loco, pero no voy a ceder.

No importa si no vuelvo a salir de este lugar, y tengo que pasar mucho tiempo de esta insana y dañina manera, pero yo no voy a ir por él.

Cámaras | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora