Cámaras | Ohmnanon

18

Nanon.

Siento como toda una tormenta está a punto de llegarme desde afuera, pero no me preocupa porque ya la estoy viviendo por dentro.

No pensé en que la gente podía vernos, y lo arruiné.

Soy tan patético que aún creo que esto de alguna forma ha sido mi culpa.

Si yo no me hubiera enamorado de alguien que obviamente nunca me ha correspondido, nada de esto estaría pasando.

Ohm no me rompió el corazón, me lo rompí yo, cuando decidí que era una buena idea continuar con esto, aunque sabía que lo amaba, y que terminaría por destruirme en algún momento.

—Papá —digo agarrando el teléfono por fin.

Ha estado vibrando durante horas.

—Nanon, ¿qué ocurrió?

Suspiro, apoyando mi cabeza en la pared de la esquina de mi bar.

Decidí escapar al departamento que más lejos queda, fuera de la ciudad, porque no tenía idea de qué carajos hacer.

—¿Sobre qué? —susurro agarrando mi copa.

—¿Te ha pegado antes?

¿Qué?

—¿Qué?

—Está en la televisión, Nanon, he tenido que llamar a un doctor, porque tu mamá sufrió una crisis por esto, y yo también estoy preocupado, no teníamos idea de lo que estaba pasando.

—Papá —respondo aclarando mi garganta— ¿de qué hablas?

—Estabas sangrando, hijo, dice la gente que los vio que él intentó detenerte, pero tú escapaste…

—No —digo interrumpiéndolo— no pasó como crees, nosotros tuvimos una discusión, yo estaba alterado y…

—Nanon, por favor, no me mientas para protegerlo, tu mejilla esta herida, hijo, no tienes que aguantar eso, tú no lo necesitas, estamos aquí, y vamos a estar contigo siempre, porque te amamos.

Mi respiración se irregulariza, al entender por qué hay tantas notificaciones.

Solo necesitaba una noche lejos del teléfono, para llorar porque terminé lo único que me une al hombre que amo.

Romper un compromiso real es doloroso, pero, aunque el mío era falso, mis sentimientos no, y es justamente por eso, que no voy a tener que levantarme ahora, dejar por un momento mi corazón roto, y actuar con la cabeza.

—Ohm jamás me golpearía, papá, las parejas discuten y eso fue todo lo que pasó, además, él tenía la mano cortada también, porque todo esto fue a causa de una copa rota, ninguno fue violento, fue solo un accidente, ¿acaso solo ven lo que les conviene para dejarme como una víctima?

—Pero, Nanon…

—Voy a hablar con mis abogados sobre esto, buenas noches.

Cuelgo la llamada, aún temblando, y busco mi otro teléfono entre mis cosas.

Está bien, primero las redes sociales.

Entro a leer los comentarios de la gente, y ahora entiendo a papá.

Todo el mundo cree que Ohm me golpea.

—Si terminas en este momento con el hijo de puta que se acostó contigo solo para que no te enamores de otro, vas a destruirle la vida, y no deberías sentirte culpable, porque él no merece nada bueno de ti —digo mirándome al espejo.

Maldita sea, qué mal me veo.

Y sí, este es el reflejo de lo que Ohm hizo, me destruyó, y podría solo apagar todo, porque esto ya es lo suficientemente difícil para mí.

Suspiro agarrando el teléfono.

“Lamento las malas interpretaciones de un par de fotografías descontextualizadas, que tienen la clara intención de perjudicar a mi novio…”

Borro inmediatamente la última palabra.

“…a mi prometido. Yo entiendo y agradezco la preocupación de mis fans, pero rechazo absolutamente las falsas acusaciones que están haciendo contra el hombre con el que comparto mi vida hace mucho tiempo.”

—Maldito, imbécil —susurro publicando la primera página.

“Estoy agradecido por tener a mi lado a Ohm. Durante estos años de convivencia, se ha dedicado a hacerme feliz, y cualquiera que lo conozca sabe que es incapaz de hacerle daño a alguien, porque su calidad de ser humano, no se reduce solo a su trato conmigo, sino a su comportamiento con cualquier persona que haya estado cerca de él. Es un hombre respetuoso que no merece el odio que está recibiendo ahora.”

Me doy algo de risa, pero la lástima es más fuerte.

Todo en mí se detiene por un segundo, cuando veo la pantalla de mi teléfono personal iluminándose.

Nadie tiene ese número, a excepción de Ohm.

—¿Qué? —pregunto contestando.

Era mi intención dejar de hablarle, pero es claro que no es el momento para mis traumas por su rechazo.

—¿Dónde estás? —suelta con la voz entrecortada— Drake no me ha querido decir a dónde demonios te llevó.

—Creo que mi ubicación es el menor de tus problemas en este momento.

—No lo creo, dime dónde carajos estás.

—¿Acaso no has visto como están los medios ahora?

—No, porque estaba ocupado conduciendo a todos los putos departamentos que tenemos, pero no te encuentro.

—Mira lo que he publicado, estoy intentando ayudarte, antes de que sepulten tu carrera.

—Pues gracias, ¿dónde estás?

—Ohm, te están acusando de haberme golpeado —digo ya molesto.

—Es exactamente lo que hice, así que me da igual.

—¿Qué?

—Estoy preocupado por ti.

—¿Por mí?

—No eres bueno afrontando la presión pública, cuando no estoy cerca.

Odio ese hormigueo que me atraviesa el pecho, impidiendo que pueda respirar bien.

—No tienes que preocuparte por eso —susurro levantando la mirada, para evitar que salgan mis lágrimas— no voy a casarme contigo, solo porque ahora intentes actuar como si yo te importara, solo quiero espacio, estar lejos de ti, y de todos, voy a publicar...

—Entonces estás fuera de la ciudad —dice antes de colgar.

Me quedo mirando el teléfono, en silencio.

El imbécil a veces tiene el cerebro funcionando.

No soy un idiota, es obvio que me necesita para que le crean, porque sabe que la única manera de volver a la calma pública es recuperándome.