7

5.2K 553 247
                                    


Ohm.

No suelo dormir bien cuando tomo, así que estoy despierto bastante más temprano de lo usual.

Volteo a mi lado y veo a Nanon aún con los ojos cerrados.

Puedo notar la herida en su boca, y creo sentir algo así como… culpa.

No es mi intención hacerle daño, no tendría sentido que fuera así, porque él y yo no tenemos un motivo para caernos mal o algo parecido, al contrario, estoy agradecido por mucho, pero a veces no puedo controlarme.

No sé cómo puede gustarle un hombre que no soy yo.

Suspiro al oír la puerta.

Me levanto y abro, dejando que pase el servicio del desayuno.

—Pedí unas pastillas para el dolor de cabeza, ¿puedes prepararme eso?

—Sí, señor —dice ella agarrando un vaso vacío para ponerle agua.

—Tampoco hay algunas cosas en el bar, y quiero que llenes todo lo que sea comestible, porque pasaremos el día acá, es que es el último que tenemos en Paris.

Sostengo el vaso que me da y meto la pastilla en mi boca.

—Claro que sí —responde mirando hacia la terraza— prefiere entonces que no hagamos la limpieza hoy, ¿verdad?

Bueno, acabo de tener una gran idea.

—Nos gustaría que fuera así —digo con una sonrisa— la terraza está algo sucia, y quizás usemos la piscina esta noche, así que agradecería mucho si la limpian también.

—Claro, señor, evitaré traer más del personal mínimo, para que no se sientan incómodos.

—Gracias, qué linda —menciono regresando a la habitación.

Cuando escucho que cierra la puertabal salir, me lanzo a la cama, hacia el lado de Nanon.

—Hora de levantarse, amor —digo besando su oreja y él abre los ojos con flojera.

—¿Ahora qué te pasa? —pregunta con molestia clara— déjame dormir.

—Me preocupo por tu alimentación, cariño.

Nanon abre los ojos por completo y me mira mal.

—¿Por qué?

—Lamento que ayer no haya salido bien, tratemos de pasar bien este día de descanso en paz, ¿de acuerdo?

Él me mira unos segundos y finalmente accede.

—Sí, "cariño" —dice girando los ojos.

Me río agarrando su mejilla.

—Qué bonito eres, cuando me haces caso.

Es extraño cuando Non se queda mirándome así, como sí realmente le gustara que sea cariñoso con él.

—¿Qué? —pregunto palmeando su rostro y él niega con la cabeza.

—Nada, tengo hambre —menciona levantándose.

Agarro su mano para que no se aleje y me acerco a sus labios, pasando mi lengua por la herida que le hice.

Nanon se queda quieto, pero noto como sus mejillas se sonrojan.

—¿Q-Qué haces?

—Lo siento —respondo sinceramente— yo, fui estúpido ayer, tú solo querías que pasemos una noche buena, pero lo arruiné.

—Tú no te sientes mal —dice con la voz baja— no me mientas.

—Tienes el peor concepto de mí —digo haciendo un puchero.

—Porque te conozco, Ohm.

Frunzo el ceño, intentando besarlo de nuevo, pero se aleja.

—Basta de jugar —me ordena serio.

—No creo que podamos hoy.

—¿Por qué? —pregunta parándose y tira su ropa a un lado, seguramente para ducharse.

—Van a limpiar la habitación.

—Pide que no, quiero descansar.

—Hubo un problema con la piscina —miento poniendo mi mejor cara de desacuerdo— quisiera que no fuera así, pero necesitan limpiarla.

—Bien —dice con molestia y yo agarro su cintura para devolverlo a la cama— Ohm, deja que me bañe.

—Aún estás molesto conmigo, ¿verdad?

Creo que nunca me había sentido tan inseguro en mi vida.

Esa sensación de que puedo perder algo que es mío, me pone tenso.

—¿Aún vas a actuar como un idiota?

—No, bebé —respondo agarrando sus mejillas.

—Entonces no lo estoy —dice mirando mis labios.

Asiento dejándolo ir, y respiro profundo mirando el techo, luego de acostarme.

El hecho de que a Nanon le gusten los hombres siempre ha sido un tema en el que evito pensar.

Pero me he preguntado muchas veces por qué yo no soy su tipo.

Cámaras | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora