Capítulo 39: El Sol Sale, Algún Día

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Fernando seguía en cama, no tenía tan buen pronóstico, pero Luke lo convertía en algo positivo. Cada mañana él le llevaba su desayuno, y se encargaba de que le diesen lo mejor de lo mejor; se sentaba a su lado para platicar con él de lo que fuese, lo levantaba para llevarlo al baño, después algunos ejercicios de rehabilitación, y finalmente la comida, donde le colaba cosas de la cafetería, para que no se pusiera flaco ni ñango por las gelatinas y alimento procesado que le daban.

Todo esto lo hacía, en teoría, solo; pues, aunque Yon lo acompañaba casi siempre, Luke dedicaba su atención a Fernando.

—Luke, gracias por todo, pero no has dormido por estarme cuidando —musitó Fernando, sonriendo, para sorpresa de todos, con un poco de gentileza.

El mayor sentía una profunda inquietud de ver al chico un poco más ¿normal? Odio esa palabra, pero es necesario para el contexto. En el caso de Luke, "normal" no lo podían definir como algo bueno, o malo. Lo que sí, es que ese día lo cambió mucho.

—Estoy bien, el Sr. Winchester dice que estoy en mi mejor momento. —La mueca del menor ya no era tan exagerada, sino más tranquila y dulce—. Además, no soy yo el que puede quedar...—Hizo una pausa, sonriendo de forma desmedida, intentando no hiperventilar. Pero tras unas profundas caladas de aire, y un suspiro, volvió a ese gesto mundano— paralítico —completó con una genuina angustia, a pesar de su expresión cariñosa.

—Luke, tienes estrés postraumático. Debes tratártelo con Yon, o mínimo salir a despejarte. Necesitas distraerte.

—No tengo esa cosa —sentenció seguro, inflando su pecho.

Yon arqueó una ceja, y por curiosidad, tiró una bandeja. El primer paso era admitir que se tenía un problema, y debían empujar a Luke para que lo admitiera. O eso creía.

El estruendo fue demasiado, provocando que el rubio temblara y se tirara sobre Fernando, gritando histéricamente. El pobre policía jadeó, sintiendo cómo le sacaba el aire por el impacto del cuerpo ajeno.

—Luke, quieras o no, saldremos a dar un paseo —dijo Yon, intentando ocultar lo tierno que le parecía la situación. Aunque bueno, que saltara sobre Fernando y no sobre él, no le hizo nada de gracia.

—Quítate "chingadamadre" —pujó Fernando, volviendo a ser ese malhumorado de siempre. Pero su gesto se relajó, al ver que Luke se negaba, y aferraba a él. Iba a agregar palabras para tranquilizarlo, pero el menor le interrumpió con un: "Sr. Winchester, protege su cara".

—¡Luke! —ahogó, Yon, un grito de espanto al ver cómo pegaba la parte inferior de la cabeza, contra el rostro de Fernando. El mismo Fernando que no tiene un estómago fuerte que digamos.

El joven logró apartar al rubio del policía, quien luchaba por no vomitarse, a la vez que tosía.

—A-ah, pero, pero —jadeó Luke, apegándose al Sr. Winchester a su pecho—. El ruido, y, él...está en...—gimió, comenzando a hiperventilar. Sentía una profunda culpa por la situación de Fernando, aunque ese sentimiento provenía de otro lugar.

—Fue la bandeja, él está bien. Está fuera de peligro, y nos tiene para cuidarlo. Además, el hospital está muy bien cuidado —intentó consolar Yon a Luke.

—Yo, yo... creo que sí tengo un problema —admitió finalmente, de forma temblorosa—. ¿E-está seguro que está bien que salga por hoy? —carraspeó, inseguro. Fernando sólo asintió con su cabeza, dedicándole un ademán gentil.

Yon observaba intrigado a Luke, preguntándose qué fue diferente en el incidente del moreno, a los incidentes de sus padres y el Sr. Winchester. Pues creía profundamente que todo esto lo iba a empeorar, pero no, al parecer Luke poco a poco había comenzado a aterrizar. Aún no del todo, pero algo era algo.

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