One-Shot: Y el Sol, Sí Salió

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Nota: dedicado a Reyna, por ser una de mis supporters en ko-fi muack.

ADVERTENCIA: Este extra no canon, toca un tema muy sensible y polémico. No se debe romantizar, ni justificar ciertas parafilias. Al contrario, como se mencionará, deben ser tratadas, controladas, y bajo ninguna circunstancia, un menor debe encontrarse en una relación sexo afectiva con un adulto. Igual, aunque sea mayor de edad, el adulto que le duplica la edad, debe portarse como eso, como un adulto.

Así como Hilo Rosa tuvo sus "Seis Deseos", en un mundo donde todos vivían queridos y amados, Los Cuatro Jinetes merecen lo mismo, ¿no creen? Un mundo donde las trompetas del Apocalipsis no suenen.

—Luke, vas a llegar tarde. No quiero que te quedes sin excursión. —Una dulce, y varonil voz se escuchó desde la cocina.

—Voy, papá —anunció Luke tras un alegre suspiro.

¿De quién es la voz? Bueno, no es del padre biológico de nuestro bebé. Lo siento, pero los papás del rubio no tenían solución. Drogadictos, violentos, e irresponsables. El Sr. Winchester fue quién sí tenía esperanza.

Cuando conoció al menor, todo batido y maltratado, no sólo sintió pena por él, sino otras cosas totalmente prohibidas. Era una mezcla de muchas emociones. ¿Qué hizo? Terapia, algo que posiblemente habría evitado muchísimos problemas en la historia. Te-ra-pia. Pero una bien llevada.

Él sabía que era más dañino un adulto involucrándose con un niño, que lo que pudiese vivir en esa casa, sin embargo, tampoco lo quería dejar a la buena de dios.

Tardó años, sí, muchos años y una red de apoyo. Su deseo de ayudar a Luke sobrepasó su miedo a ser juzgado. Si tan sólo eso hubiese pasado en la historia original.

Y bien, ¿qué sucedió, y cómo es que obtuvo su custodia? El Sr. Winchester pertenece actualmente a un programa donde se estudian esas parafilias, para ser tratadas. Siendo él, el ratón de laboratorio.

No sólo cuenta con un equipo conformado de psicólogos, psiquiatras, neurólogos, y doctores, que le pagan por su servicio de conejillo de indias, sino también con la visita de servicios infantiles de forma semanal, hasta que cumplió la mayoría de edad.

El Sr. Winchester era un hombre funcional, pues incluso se le medicaba para bajar el libido, y asistía grupos donde se hablaba de cómo desarrollar el interés, y relaciones, con gente de su edad. Vaya, el señor estaba más que comprometido. Aunque claro, todo esto era un secreto.

Luke actualmente tenía 20 años, siendo estudiante universitario, y podía decirse que había estado teniendo la vida más feliz del mundo.

—Luke, se te va a enfriar la comida —insistió de forma suave, y gentil.

—Lo siento, no podía decidirme qué llevar —. Entró a la cocina, dejando ver su porte.

Era un joven delgado, más no desnutrido como lo conocimos. Su cabello era rubio, ligeramente largo, el cual sostenía con una pequeña cola de caballo, dejando unos mechones rebeldes que enmarcaban la dulce mirada de Luke. Noup, ya no tenía esos ojos de un adicto, sino que eran grandes, y bondadosos.

—¿Se ve bien? Estoy nervioso...—musitó Luke, modelando sus tenis blancos, unas bermudas beige, playera blanca, y una camisa rosa con dibujos de piñas, que iban muy bien con la cachucha de Goofy que traía en manos—. Traigo bloqueador, y agua también.

—Hijo, estoy confundido, ¿por qué van a ir al parque de diversiones? —dijo algo divertido, y enternecido por cómo se veía—. ¿No estudias pediatría?

—Sí, bueno. ¿Recuerdas que nos juntaron a varias áreas para una conferencia?

—Sí, sí —contestó, a la vez que le servía su huevo con sonrisa de tocino, unos pancakes y su jugo —. Que era dado por parte de los federales, y la policía estatal, ¿no?

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